Coexistencia natural plantea desafíos para el plan de arborización
» El Municipio de Panamá avanza con el plan de arborización de la capital, que abarca también identificar las especies más adecuadas para sembrar y reemplazar por los árboles que se deben talar.
El plan de arborización de la ciudad capital ya está en marcha, y se pretende que el Municipio de Panamá tenga un programa que permita no solo cuantificar, mantener y monitorear el arbolado del distrito, sino también introducir especies que aporten al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
Es decir, saber lo que ya existe, pero también qué es lo que se debe sembrar a futuro.
Un aspecto adicional que se busca es que el plan tenga la capacidad de mitigar los efectos del cambio climático y disminuir los daños causados por la caída de árboles.
Para esto son vitales las podas preventivas y el monitoreo de los árboles del centro de la ciudad.
La alcaldía ya trabaja en el levantamiento del inventario y localización GPS de estos árboles, con el apoyo de estudiantes de la Universidad Panamá, la Asociación Nacional de Técnicos Forestales y la empresa Esri Panamá.
Y en paralelo va un estudio que permite identificar qué especies deben sembrarse en la ciudad para reemplazar los árboles enfermos.
Ya están siendo colocados arbustos, plantas y árboles en sectores públicos de la vía España, vía Argentina, calle Uruguay, entre otros sectores.
No obstante, es probable que los peatones y moradores cercanos se extrañen de no ver especies que años atrás eran populares.
Al respecto, la vicealcaldesa Raisa Banfield advirtió que no se sembrarán árboles como ficus o pino hindú.
Explicó que, en el caso del ficus, es una especie exótica que no es de nuestro trópico húmedo ni aporta flores o frutos.
Y aunque el pino hindú llegó a ser muy popular en el pasado por su rápido crecimiento, “tampoco es una especie que aporta mucho”, señaló Banfield.
En su lugar, la funcionaria confirmó que se dará prioridad a aquellos con flores, como los guayacanes, y a los frutales, como el mango, aunque no en aceras públicas, sino en parques o espacios más abiertos.