Evidencias confirmarían vinculación de enfermera en muerte del marido
Relevantes evidencias como fármacos, una pala con manchas de sangre y fotografías fueron rescatadas ayer por la Fiscalía, en San Antonio, en la casa del mecánico degollado presuntamente por su esposa y el amante de esta, quienes a su vez supuestamente pre
SAN ANTONIO (Higinio R. Ruiz Díaz, corresponsal). La comitiva estuvo integrada por policías de la Brigada Central, profesionales del Laboratorio Forense del Ministerio Público y la fiscala María José Pérez.
La intervención se inició ayer al mediodía en una casa del barrio Achucarro de San Antonio, donde el 26 de febrero pasado fue asesinado brutalmente el mecánico Juan Antonio López (59).
De acuerdo con los investigadores, la esposa de la víctima, la enfermera Gladys Andrea Garay (44), habría tramado y ejecutó el crimen con su supuesto amante, el también mecánico Carlos Ramón Ferreira Cristaldo (44).
Este último también ya se encuentra detenido, luego de que los uniformados lo sitiaran en la escena del crimen a través del detalle de la ubicación de su teléfono y de una cámara de seguridad que lo grabó saliendo de la vivienda aquella madrugada.
La fiscala Pérez apunta su investigación a que la enfermera y su amante mataron al mecánico para cobrar una póliza de vida que en principio era por valor de G. 300.000.000, pero que en caso de una muerte violenta en la casa (tal como sucedió) el monto pagado por la compañía de seguros debía ser el doble, es decir, G. 600.000.000.
El grupo asignado a las pesquisas cree que esta última cláusula establecida en la póliza fue el motivo por la cual mataron con tanta crueldad al mecánico, quien al principio fue reducido aparentemente con una picana eléctrica y luego degollado con un escalpelo (bisturí médico).
Al principio la viuda intentó orientar el caso hacia un intentó de robo perpetrado por dos desconocidos, pero en sus primeros relatos cayó en varias contradicciones, las sospechas se acrecentaron sobre la “viuda negra” cuando los uniformaron confirmaron que la misma ya había percibido unos G. 50.000.000 por el fallecimiento de su primer marido.
Lo más macabro del caso es que su amante era pariente cercano de su primer marido y allegado del segundo, ya que todos ellos se conocían muy bien, debido a que compartían la misma profesión y aparentemente en algún momento hasta trabajaron juntos.