Presidenciales en Brasil, entre reos y sospechosos
Cuando aún falta más de un año para las próximas elecciones presidenciales en Brasil, la clase política ya baraja posibles candidaturas, pero hasta ahora entre sus naipes solo aparecen sospechosos o incluso presidiarios por asuntos de corrupción.
BRASIILA (EFE). Ese turbio panorama es consecuencia del escándalo destapado en la petrolera estatal Petrobras, que afecta a prácticamente todos los partidos políticos y salpica a casi todos los posibles candidatos a suceder a Michel Temer tras los comicios previstos para octubre de 2018.
Sea en el actual Gobierno, que llegó al poder tras el proceso que llevó a la destitución de Dilma Rousseff, o sea en la oposición, los posibles aspirantes a la Presidencia están condenados o son por lo menos sospechosos de haber incurrido en prácticas corruptas.
Bajo el gobierno de Lula da Silva fue montada la mayor trama de corrupción en la historia del Brasil, amañando las licitaciones de la gigante estatal Petrobras.
El esquema estuvo vigente mientras la también exmandataria Dilma Rousseff era presidenta de la empresa.
La fórmula Rousseff-Temer (su vicepresidente, que hoy es titular del Ejecutivo tras la destitución de Dilma por maquillar el déficit fiscal) también está investigada por recibir dinero para su campaña, proveniente del robo en Petrobras.
El expresidente Lula da Silva dijo más de una vez que estudia la posibilidad de intentar regresar al poder, candidatándose para 2018.
Sin embargo, Lula es reo en cinco acciones penales vinculadas a la corrupción en Petrobras y en los círculos jurídicos se calcula que las primeras sentencias, posiblemente condenatorias, serán dictadas durante este año.
En el campo oficialista, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del presidente Michel Temer, quien ha asegurado que no aspirará a un nuevo mandato, carece de posibles candidatos.
Y, el otro gran partido, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), también ha sido salpicada por la investigación en Petrobras y sus dos principales dirigentes son sospechosos de haberse beneficiado de esa trama corrupta.