Confinados
Una triste realidad viven unas 60 familias compatriotas confinadas en el interior del Chaco, debido al total abandono del Estado desde hace décadas. La zona que habitan se denomina Karandayty y pertenece al distrito de Fuerte Olimpo. La comunidad más cercana se encuentra a 160 Km.
Ahora se les imposibilita transitar libremente por los caminos ruralesque desde tiempos inmemoriales utilizaron-debido a que los grandes ganaderos que compraron las tierras colocaron portones que permanecen todo el tiempo cerrados con candado. Esta situación les obliga a recorrer varios kilómetros más para conseguir provisiones para la supervivencia.
Algunas madres decidieron no enviar más a sus hijos a la escuela (con sistema internado) ubicada en la comunidad de Ñu Apu’ã, distante a más de 100 Km de Karandayty, debido al cierre de sus caminos.
Aseguraron que nunca recibieron la visita de alguna autoridad municipal ni departamental. Tampoco asistencia de salud pública u otro servicio del Estado.
Las familias se dedican a la ganadería en pequeña escala, por lo que la venta de sus ganados es de vital importancia para asegurar el sustento de los integrantes. Esto también se dificulta con la clausura de sus caminos. Los pobladores relataron que los camiones transportadores de ganado ya no pueden ingresar a la comunidad, por lo que deben llevar a pie sus animales en tropas que duran cuatro días hasta el lugar donde llegan los compradoras.
Los propietarios de estancias argumentan que tomaron la medida de cerrar los caminos por el robo contante de sus vacunos. Sin embargo, no es justificativo para tomar una medida tan drástica y que perjudica a familias de escasos recursos económicos, que fueron obligados a vivir confinados a consecuencia de semejante atropello.
Las autoridades municipales, departamentales y nacionales, así como las judiciales asignadas a la zona brillan por su ausencia, pese al pedido de socorro de los pobladores.
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