Universidades y futuro del país
J. Montero Tirado
Está dicho y confirmado que la mayor fuente de riqueza y poder está en la producción de conocimientos. En el siglo XXI y en los países más desarrollados del primer mundo la riqueza y el poder no están en la propiedad de tierras o de la industria común, sino en la productividad de conocimientos.
Los conocimientos se producen principal y casi exclusivamente en las universidades y en empresas y laboratorios especializados que investigan. Nuestro país tiene una bajísima, casi imperceptible, producción de conocimientos, porque nuestras universidades no son fábricas de producción de conocimientos, más bien se han convertido en tiendas de venta de conocimientos; han descubierto el valor económico de la transferencia de conocimientos y los ofrecen por cuotas, en paquetes de trimestres o cuatrimestres y semestres, durante varios años, hasta completar la cantidad necesaria para comprobar sucesivamente en unos años por medio de exámenes que los clientes llevan su mercancía adquirida y por eso reciben el título profesional correspondiente de buen comprador de ese conjunto de conocimientos profesionales.
En este proceso, los profesores son vendedores especializados por tipos de conocimientos, que facilitan la adquisición y el consumo de conocimientos, administrándolos por dosis, pero en realidad, como tales vendedores que transfieren la mercancía no son productores de conocimientos, ni siquiera gestores de conocimientos. Y en algunos casos, hasta puede ser que estén transfiriendo con fraude solo información en vez de conocimientos.
En nuestras universidades hay algunos investigadores productores de conocimientos. Son poquitos y muy mal pagados. Lo triste es además que el dinero que el Estado da a las universidades para investigación, ciertos rectores lo destinan para cualquier cosa menos para investigar, incluso para operadores políticos, que lejos de la universidad reciben su sueldo como profesores-investigadores. En estos casos, el problema se agrava, porque la baja producción de conocimientos no se debe solamente a la falta de recursos financieros, sino a que no se quiere investigar y a comportamientos corruptos de malversación de fondos.
¿Qué hacen los estudiantes en la universidad? Hay quien dice que muchos universitarios van a comprar un título profesional. Otros piensan que van a comprar conocimientos y a demostrar que los han adquirido y con esa comprobación (llámese superación de exámenes) reciben a cambio el título de propietarios de conocimientos para tener derecho a aplicarlos en el ejercicio de esa profesión. Compran conocimientos y algunos de esos conocimientos pueden estar ya pasados de fecha, están caducados, otros pueden ser conocimientos usuales de mercados comunes, otros ojalá sean conocimientos de mercados de novedades de vanguardia, pero lo que raramente aprenden es a producir conocimientos de calidad para aplicarlos en su próximo futuro profesional.
Si nuestras universidades no producen conocimientos y nuestros estudiantes no aprenden a producirlos, nuestro país no tiene futuro, quedará sumergido en el subdesarrollo y en la pobreza. Nuestra economía basada en la agricultura, la ganadería y la energía eléctrica, no superará la tendencia de desequilibrio social, ya evidente, porque con esas fuentes de riqueza no hay horizontes laborales, ni comerciales en valores suficientes para el derrame y la participación social. Los planificadores y analistas de nuestra economía parece que miran a la soja, la carne, la electricidad, a la exportación e importación y poco más. Olvidan que las universidades pueden ser y deberían ser nuestra mayor fuente de riqueza, por su producción del factor humano, su inteligencia y su producción de conocimientos.
Para ello las universidades deben pasar de ser instituciones que solamente transfieren conocimientos a los estudiantes a instituciones que transforman y producen conocimientos con los estudiantes. Los estudiantes no son, no deben ser meros receptores de conocimientos transferidos por los profesores y la bibliografía, sino activos coproductores de conocimientos con los profesores, aprendiendo a producir produciendo. Esto lleva consigo unas relaciones entre profesores y alumnos de mutuo respeto, con el liderazgo del profesor, mutua comprensión, en permanente diálogo abierto en busca común de la mejora de los conocimientos introducidos en el aula, que terminarán siendo enriquecidos con el aporte creativo e inteligente de todos, metodológicamente bien coordinado. Se trata de introducir en las aulas una excelente gestión del conocimiento. Con gestores y productores de conocimientos, Paraguay tendrá asegurado su futuro.