Condenan a 24 años al joven que asesinó a su expareja en Ñemby
El Tribunal de Sentencia de Fernando de la Mora condenó ayer a Carlos Torres Giménez (35) a 24 años de cárcel, tras ser encontrado culpable del asesinato de su expareja Clara Cantero Silgueira, ocurrido el 23 de junio de 2008 en Ñemby. Familiares de la ví
FERNANDO DE LA MORA (Antonia Delvalle Castillo, corresponsal). El Tribunal de Sentencia integrado por Norma Salomón (presidente), Pedro Nazer y Rilsi Ortiz determinó que el acusado actuó con saña contra su víctima, produciéndole varias heridas con un arma blanca que le produjeron la muerte por shock hipovolémico.
Por unanimidad, los magistrados llegaron a la conclusión de que se probó el hecho de homicidio doloso cometido por Carlos Torres Giménez el 23 de junio de 2008, en la casa de la víctima, ubicada en Ñemby.
La presidenta del tribunal, Norma Salomón, señaló que las pruebas producidas durante el juicio oral, declaraciones testificales y documentales permitieron llegar a comprobar el hecho.
En primer término la declaración brindada por el testigo Jorge Duarte, vecino de Clara Cantero Silgueira, quien declaró que vio al autor del crimen el 23 de junio de 2008 dentro de la casa de la mujer, sentado en la cabecera de una mesa y ella sentada en su regazo.
Dicho testimonio cobró más fuerza y sustento por la declaración del perito William Román, quien explicó que, al analizar las llamadas existentes entre los celulares de la víctima y el victimario, se pudo corroborar que ambos se comunicaron mediante señal de una misma antena de telefonía móvil los días previos al crimen, hecho que demuestra que Torres estaba cerca de la casa de la mujer.
Se hizo justicia
Los familiares de la mujer asesinada expresaron tras darse a conocer la sentencia que al fin se hizo justicia luego de nueve años de espera, aunque señalaron que la condena no logrará recuperar el daño ya hecho.
La fiscala de la causa, Fabiola Molas, manifestó por su lado que está contenta con lo resuelto por el Tribunal de Sentencia, ya que la misma pidió la pena máxima.
El condenado, por su parte, no quiso hablar con la prensa, pero ante el tribunal se declaró inocente.
Carlos Torres Giménez estuvo cerca de seis años prófugo tras ser declarado en rebeldía, por no ponerse a disposición de la Justicia, que lo estuvo investigando por el crimen.
El entonces prófugo finalmente fue detenido el 20 de julio de 2014 por una barrera policial en la ciudad de San Lorenzo.