ABC Color

El caso de tráfico de influencia­s que afecta a mi familia

- Ana Inés Guzmán Palacio

Hace algunos años una mujer delirante les juró venganza a mis tíos, Gastón José Guzmán Fontaine y Mónica Huck. Juró que los iba a dañar donde más les doliera, esto ocurrió con la obra en la que llevan toda su vida, el hogar de niños Familia Agape-Ñandejara y el colegio Centro Educativo Ñandejara. ¿Por qué? Porque ella entendía que mis tíos la tenían que mantener de por vida, porque a ella se le ocurría que tenía que ser así...

Ella es abogada con importante influencia en el Poder Judicial paraguayo. Luego de mucho trabajo “de collage de demandas” y tráfico de influencia­s, logró tener una orden para expropiarl­es el colegio a los Guzmán Huck. Lo que hizo del colegio desde agosto fue caótico. Llegó a llevar hombres armados estando los niños dentro. Y todo “en el nombre de Dios”. Si quieren ver todo el lío entren a Justicia Para El Ñande.

Pero ahora se pasó de la raya. El viernes 24 de noviembre mandó a través de una “colega” suya una demanda contra Gastón José Guzmán Fontaine, Mónica Huck y Juan Marcos Guzmán Huck en la que pedía que fueran a la cárcel. Siempre antes se asegura de que esta denuncia caiga en algún juez/jueza que pueda influencia­r. La jueza no se animó a tanto... No los mandó a la cárcel pero les dio a los tres arresto domiciliar­io sin permiso para salir a trabajar. ¿Esto es tráfico de influencia­s? ¿Esto es corrupción en los juzgados paraguayos?

¿Esto es corrupción en la Corte Suprema de Justicia Paraguaya?

¿Quién defiende al pueblo preso de quienes son parte y jueces?

¿Somos prisionero­s de esta corrupción? ¡Paraguayos República o muerte! dice nuestro himno... Esto no es una República ... No se qué es, es un Estado SIN DERECHOS.

El Consulado Argentino en Paraguay no ha hecho nada por ellos, son argentinos que invirtiero­n toda su vida en Limpio, que cambiaron la realidad social de cientos de familias, hoy son prisionero­s de la injusticia.

Las iglesias evangélica­s en Paraguay tampoco terminan de resolver, están todos esperando qué va a decir una mujer delirante con demasiado poder. ¡Que alguien haga justicia ya!

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