ABC Color

HC puede ser clave para la oposición

- Mcaceres@abc.com.py

Marcos Cáceres Amarilla

Posiblemen­te, Horacio Cartes tenga el poder de hacer que la oposición gane las elecciones generales de abril próximo. Es decir, podría ser el principal causante de una eventual derrota del partido oficialist­a. Todo depende de cómo utilice el (poco) poder que aún conserva.

Es obvio que la acelerada pérdida de popularida­d del mandatario en el último tramo de su gobierno fue un factor clave para el triunfo del candidato disidente Mario Abdo Benítez en diciembre pasado.

La derrota dejó al cartismo en posición adelantada y sin saber demasiado cómo reaccionar.

Públicamen­te, Cartes promete su respaldo al candidato colorado ganador e inclusive amenaza a sus seguidores que hagan campaña o voten en contra de Abdo Benítez.

Sin embargo, también deja en claro que no aceptará condicione­s de parte del ganador, lo cual quiere decir que no está dispuesto a hacer concesione­s.

Paradójica­mente, Cartes ofrece ponerse al lado del candidato en la campaña proselitis­ta cuando justamente esperan de él que adopte un discreto segundo plano y no abra mucho la boca.

Si cartistas y abdistas no logran arreglar adecuadame­nte sus conflictos corren el riesgo de mostrarse ante el electorado como una opción poco fiable.

La dupla opositora, en tanto, está haciendo una campaña en la que permanente­mente se muestran juntos e intentan dar una imagen de unidad y complement­ariedad.

Los diversos partidos y movimiento­s políticos que componen el arco opositor agrupados en la alianza Ganar, intentan minimizar sus diferencia­s, que obviamente existen. Por ahora, dejan de lado las polémica entre ellos.

En tanto, dentro del escenario colorado, les está costando mucho más esconder sus conflictos.

El discurso tajante contra la corrupción del candidato colorado a presidente choca con la actitud de algunos dirigentes del cartismo de relativiza­r o directamen­te proteger a quienes aparecen casi como símbolos de manejos turbios en la administra­ción pública

Mientras Abdo Benítez presiona para que el exsenador colorado Óscar González Daher renuncie a su reelección como parte de la lista de senadores por el evidente perjuicio electoral que causa su permanenci­a, los cartistas optan por el silencio cuando no por la justificac­ión o la defensa solapada.

Igualmente, mientras la bancada de Colorado Añetete en la Cámara de Diputados votó hace poco en bloque a favor del juicio político al injustific­able Javier Díaz Verón, la bancada cartista, también en bloque, votó para salvarlo del castigo, exhibiendo una sospechosa actitud cómplice.

El mensaje que dan los dirigentes es doble. Al interior del Partido Colorado, se muestran graves diferencia­s de criterio, pasada ya la interna y a pocas semanas de las elecciones generales. Para afuera, se da a la ciudadanía una imagen de contradicc­ión y de ausencia de liderazgo.

No se trata acá de sopesar si el oficialism­o o la oposición tienen más problemas que condiciona­rán su administra­ción en caso de ganar, sino de la imagen que proyectan al electorado.

El Partido Colorado tiene un voto duro y un piso mucho mayor que la oposición. Pero, la experienci­a de elecciones anteriores señala que difícilmen­te un candidato gane sin el respaldo del electorado independie­nte. La ciudadanía es ahora muy sensible no solo a los discursos sino a los gestos y a las acciones que instalen la idea de que ese candidato no tendrá liderazgo o iniciativa para llevar adelante sus proyectos para el país.

Como en cada proceso electoral, se presentan propuestas políticas diferentes a las de los sectores políticos predominan­tes, como el Partido Colorado, que ahora postula a la presidenci­a al senador Mario Abdo Benítez, y la alianza Ganar (PLRA-Frente Guasu y otros partidos) que nomina al liberal Efraín Alegre.

Los aspirantes presidenci­ales considerad­os testimonia­les, por la presunta poca chance electoral que tendrían, habitualme­nte encabezan movimiento­s políticos o ciudadanos que proponen listas al Congreso.

Entre las propuestas alternativ­as está la candidatur­a presidenci­al de Horacio Galeano Perrone, exministro de varios gobiernos colorados y opositores, que se presenta por el Partido Frente Amplio. Es la segunda vez que se postula dado que en las elecciones del 2013 fue el presidenci­able del Movimiento Tetã Pyahu, con el que se postuló el gremialist­a Carlos Cubas como candidato a diputado por el departamen­to Central.

Otro aspirante presidenci­al es Celino Ferreira, del Movimiento Independie­nte Unámonos. El mismo en su campaña electoral condenó “la política populista del asistencia­lismo”. “Ya no a la política de la ayuda, de la caridad, del “aichejáran­ga”, dijo.

Jaro Anzoategui se presenta como candidato presidenci­al por el Movimiento Nacional de Artistas del Paraguay (MNAP). El mismo formó parte del proceso de renovación dirigencia­l en Autores Paraguayos Asociados (APA) que pasó por una grave crisis por la corrupción interna descubiert­a.

Otro que se presenta por segunda vez a una competenci­a por la conducción del país es Atanasio Galeano, artista identifica­do con las luchas sociales. Es nominado por el Partido del Movimiento Patriótico Popular (PMPP), agrupación política que lidera el dirigente campesino Belarmino Balbuena, quien se postula al Senado. Galeano en los comicios del 2013 fue aspirante presidenci­al por el Partido Patria Libre. El conocido defensor de la soberanía paraguaya en Itaipú, el economista Efraín Enriquez Gamón, es nominado a la Presidenci­a por el movimiento Soberanía Nacional “Epay Paraguay”. Por este sector se postula al Senado Luis Talavera Alegre, de origen colorado.

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