Pérdida de honestidad
Las numerosas necesidades sociales que a diario viven los pobladores del Alto Paraguay desde hace décadas y que fueran denunciadas por los misioneros religiosos del Vicariato Apostólico del Chaco no se deben precisamente a la carencia de dinero, sino en un gran porcentaje es debido a la falta de gerenciamiento de los encargados de las instituciones públicas de la zona. A esto se suma el robo descarado de las autoridades locales de turno sean gobernadores, intendentes, concejales municipales y departamentales.
La precariedad de los caminos de tierra, por ejemplo, es un tema que no se quiere solucionar por la corrupción imperante. La red vial del departamento apenas supera los 600 kilómetros, un número ínfimo con respecto a la gran cantidad de dinero que manejaron las instituciones de la zona en los últimos años.
De acuerdo a los datos, la Gobernación desde su creación hace 25 años recibió del Estado más de G. 400.000 millones, que sí se hubiese usado con honestidad los caminos actualmente estarían aunque sea enripiados. La cifra es sin sumar el dinero que también manejaron los cuatro municipios existente en el departamento.
Además, del apoyo del MOPC, cuyos funcionarios reciben mensualmente litros de combustibles para realizar trabajos, pero que terminan siendo un simple maquillaje. Mientras que nadie controla el buen uso del carburante.
Otra área olvidada es la salud; la XVII Región Sanitaria cuenta con un importante plantel de médicos, pero la mayoría, sin una especialidad. La evacuación de pacientes a los hospitales de la capital del país es frecuente, lo cual significa un gasto millonario para el Estado.
Lastimosamente, no existe un plan de las autoridades sanitarias de la zona para capacitar a los médicos existentes y así evitar los traslados, muchas veces innecesarios.
Estas apenas son dos necesidades sociales que bien se podrían solucionar si el dinero público se utiliza con mayor responsabilidad y por sobre todo honestidad. calmiron@abc.com.py