Buscan contener último roce israelo-sirio-iraní
Tras el más grave incidente en los últimos años entre Israel, Siria e Irán, ocurrido este sábado los analistas indican que a ninguno de esos países les interesa una escalada de violencia, pero que podría tener lugar si no se atemperan los ánimos.
JERUSALÉN (EFE). Hoy, la región seguía en tensión y el Ejército israelí se mantenía en alerta para detectar posibles movimientos en el otro lado de la frontera, dirigentes de ambas partes hacían advertencias y transmitían a sus respectivos pueblos mensajes de triunfo, mientras la situación general era de calma.
Ninguno de los tres países “tienen interés en escalar más” por el momento, explica la investigadora del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional Sima Shine que, sin embargo, no cierra la puerta a posibles repercusiones del intercambio de fuego de ayer.
Estos últimos roces ocurrieron el sábado, comenzando con la entrada de un dron en el espacio aéreo israelí, a lo que siguió un cruce de fuego en el que cayó un F-16 israelí y ocho infraestructuras cercanas a Damasco fueron bombardeadas, provocando la muerte de seis militares sirios y combatientes extranjeros que luchan a favor del régimen sirio de Bachar al Asad, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
“Es la primera vez que ocurre algo así desde mediados de los ochenta y por supuesto que es un acontecimiento importante”, considera Shine.
En el mismo sentido, el analista israelí del International Crisis Group Ofer Zalzberg opina que “ninguna de las partes quiere una gran escalada”, pero advierte de que, “sin embargo, esta podría tener lugar si (el presidente sirio Bachar al) Asad intenta retomar el control en el suroeste de Siria o si Irán establece una base militar o una base aérea en esa zona”.
Una escalada podría llevar a una guerra entre Israel y la milicia chií libanesa Hizbolá, que podría resultar muy dañina para Israel, ya que se estima que ese grupo tiene más de 100.000 cohetes, algunos de ellos de alta precisión, que pueden causar graves daños en torres residenciales en Tel Aviv, en plataformas de gas israelíes o el aeropuerto de Ben Gurión.
Israel respondería causando graves daños a Líbano, y ambos países pagarían un precio muy alto, advierte Zalzberg.
Además, a Irán tampoco le interesaría un conflicto así por el riesgo de que este se trasladase a Siria, donde ha invertido mucho en los últimos años para mantener en el poder al presidente Bachar al Asad, al igual que Rusia.
“Todos tienen interés en una confrontación limitada y pequeña, pero saben que es difícil mantenerla así. Por eso están actuando con cautela y tratando de evitar la guerra”, considera este analista.