Reciben con una muerte a dos jefes policiales investigados por el #31M
Tras varias horas de agonía, falleció el cambista Wenceslao Aquino Mora (67), baleado frente a su casa por delincuentes, el jueves en Ciudad del Este. Así fueron “bautizados” los nuevos jefes policiales del Alto Paraná.
El cambista de 67 años murió ayer de madrugada en un hospital privado de Ciudad del Este, hasta donde fue trasladado por agentes de la comisaría 23ª del Barrio Las Carmelitas de la capital del Alto Paraná.
Aquino salió de su lugar de trabajo y se trasladó a bordo de su furgoneta blanca, con matrícula BPD 883, hasta su casa ubicada en el barrio Ciudad Nueva. Alrededor de las 20:00 del jueves, cuando iba a bajar del automotor para abrir el portón, fue rodeado por tres sujetos distribuidos en dos motocicletas tipo cobrador.
Uno de ellos habría intentado robarle una riñonera, sin embargo, el cambista se resistió al asalto, ínterin en que acusó un impacto de bala a la altura del rostro.
Asustados, los delincuentes huyeron a bordo de un solo biciclo y dejaron abandonado el otro.
Tampoco lograron llevarse la suma de G. 5.000.000 en efectivo que tenía consigo el ahora fallecido, relató a ABC Cardinal el comisario principal Gerardo Vega, jefe de la comisaría 23ª.
Muerte como bautismo
Con un hecho de sangre fueron recibidos el nuevo director de Policía de Alto Paraná, comisario general inspector Enrique Darío Isasi Galeano, y el nuevo jefe de Prevención y Seguridad, comisario principal Amado Valentín Cantero Godoy, investigados por los sucesos del #31M, que es la abreviación de 31 de marzo.
Ambos jefes policiales actualmente están en el feudo del empresario José Ortiz.
Isasi en ese periodo era el director de Apoyo Táctico de la Policía. Incluso había sido llamado a declarar ante la Fiscalía ya que es sospechoso de haber repartido las municiones letales utilizadas en el ataque al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).
Mientras que Cantero era el jefe de la comisaría 3ª de Asunción y acompañó al grupo que cometió el asesinato de Rodrigo Quintana hasta pocos metros antes de llegar al PLRA. Presumen que fue quien autorizó la entrada ilegal a la sede partidaria.