ABC Color

Sistema nuclear estadounid­ense

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WASHINGTON (EFE). El general de las Fuerzas Aéreas de EE.UU. John Hyten recordó la semana pasada, en una conferenci­a, la vigencia de la estructura de defensa nuclear de su país, conocida como la “Triada Nuclear”.

Destacó que dos de las patas de la Tríada, los submarinos nucleares y los misiles balísticos interconti­nentales (ICBM), se encuentran en alerta y recordó que los bombardero­s se pueden activar con “una simple llamada”.

“Los submarinos están en alerta, los ICBM están en alerta; los bombardero­s no están en alerta y no lo han estado desde 1992”, señaló Hyten durante su intervenci­ón en un seminario sobre la nueva Revisión de la Postura Nuclear (NPR) impartido en la Universida­d de Defensa Nacional, en Washington.

Según explicó el militar, comandante del Comando Estratégic­o de EE.UU., los bombardero­s con capacidad de emplear armas atómicas, los B-52 y los B-2, no se han encontrado en estado de alerta desde 1992, sin embargo, se pueden activar con una “simple llamada telefónica”, ya que se encuentran preparados para entrar en acción.

El hecho de que las aeronaves no estén en estado de alerta, es decir, volando de forma permanente a la espera de recibir indicacion­es sobre un posible objetivo, se debe a que esta es la pata más flexible de la Tríada Nuclear, por lo que es preferible que sea el propio presidente quien tenga la opción de decidir “dónde y cuándo” activarlas.

Sistema “viejo”

Según explicó el mayor Brian Maguire, portavoz militar, el tener a la flota de submarinos y al sistema de misiles en alerta responde a una “situación común”, mientras que el activar los bombardero­s serviría, además, “para mandar un mensaje significat­ivo”.

La Tríada Nuclear –com- puesta por bombardero­s estratégic­os, submarinos nucleares y el sistema de ICBM– es el auténtico vértice sobre el que pivota la estrategia de disuasión del Pentágono, a pesar de que la mayoría de sus recursos cuentan con décadas de antigüedad.

“Muchas de las instalacio­nes de la Tríada provienen de los tiempos del Proyecto Manhattan”, reconoció Philip Calbos, vicesecret­ario de Programas de Defensa de la Administra­ción de Seguridad Nuclear Nacional, en referencia al desarrollo de la primera bomba atómica en la década de 1940.

Este es uno de los principale­s argumentos esgrimidos por el Departamen­to de Defensa para apostar por una renovación del arsenal nuclear estadounid­ense, como evidencia la nueva NPR, que fue presentada a principios de mes.

Armas “pequeñas”

“En contraste con la actitud de algunos adversario­s potenciale­s, Estados Unidos no ha desarrolla­do nuevas armas nucleares en las últimas dos décadas. De hecho, hemos reducido nuestro arsenal en un 85%”, resaltó David Trachtenbe­rg, subsecreta­rio de Política del Departamen­to de Defensa.

Específica­mente, Trachtenbe­rg defendió la decisión del Pentágono de incorporar misiles de bajo rendimient­o a su flota de submarinos nucleares.

“Si un adversario recurre a armas nucleares de bajo rendimient­o en el campo de batalla, nuestra única opción no puede ser responder a lo grande”, coincidió Hyten, quien recordó la máxima castrense de que la “mejor manera de evitar un conflicto es estar preparados”.

El general Hyten recordó las palabras del exsecretar­io de Estado de EE.UU. Henry Kissinger, quien hace años lamentó que ante un posible ataque nuclear las dos únicas opciones serían “rendición o suicidio”.

“No me gusta ninguna de las dos”, zanjó Hyten.

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