Chiquitunga ¿Milagro?
Correspondo a la Iglesia Católica y, por lo tanto, tengo mérito para opinar sobre si lo que ocurrió fue o no un milagro y para ello deseo exponer los elementos que me hacen dudar de que Chiquitunga haya sido la que ocasionara tal milagro. Cuando vino el papa Francisco, recuerdo que el obispo Claudio Giménez expuso el tema de Chiquitunga, pero el Papa parecía fastidiado ante tal insistencia y desoyendo los deseos del obispo declaró, sin embargo, que busquen a una madre paraguaya de vida y virtudes ejemplares para elevarlas a los altares. El Papa en aquel momento se encontraba reacio a hablar sobre el tema Chiquitunga.
Chiquitunga, sin duda alguna, fue una mujer excepcional, dotada de una bondad extraordinaria, era caritativa y eso nadie lo puede negar…pero santa…?
Creo que no se conoce ningún milagro que se le puede adjudicar en vida a Chiquitunga. El bebé pudo haberse encontrado en estado cataléptico, sin signos vitales aparentes y que se manifestaron luego de varias horas. La declaración de una enfermera que se haya encomendado a la Chiquitunga para que resucite al bebé, pudo haber sido cierto, pero ello no le otorga credencial de Santa. Si se hubiera encomendado a cualquier otro el resultado hubiera sido el mismo.
Pienso que podría existir una cuestión política. Estamos viviendo en una época que la religión católica viene perdiendo adeptos y no le conviene estar mal con un pueblo eminentemente cristiano y católico y esta beatificación se la dan como una prenda o premio por la unción nacional demostrada al catolicismo. Es de suponer que en el Vaticano las cosas no están bien.
Los obispos y cardenales conforman una estructura política muy importante, sería como el legislativo del Vaticano. Saben que nuestro papa es jesuita y mariano a ultranza y, por lo tanto, inclinado a las familias, de ahí el ruego de buscar a una madre que pueda llegar a ser santa y que él está seguro que se encuentra en Paraguay. Pero en estos dos años daría la impresión de que nuestros obispos habrían hecho caso omiso a la sacra tarea y volvieron a insistir caprichosamente con lo de Chiquitunga y que pareciera que el “le- gislativo” del Vaticano estaría de acuerdo, con tal de frustrar el proyecto mariano. del conflicto en manos del Poder Judicial que a su vez se halla infestado de la influencia política.
Queda en evidencia el completo divorcio de los representantes del electorado que los votó, justo en el momento en que se están por elegir los nuevos representantes ante el Legislativo y el Parlasur, donde se ubican para lograr un manto de impunidad.
El Poder Legislativo es el órgano político por excelencia, compuesto de los representantes del pueblo a quienes representan en sus intereses ciudadanos y deben dar cuenta de lo actuado.
Quedó seriamente dañada la esencia misma de la representación política, pues los representados no podrían pedir cuentas a sus representantes cuando estos, como en el caso de González Daher y otros, actuasen obscenamente fuera de los límites de su representación.
Debe aclararse que tal como está escrita la norma constitucional por simple mayoría, el cuerpo puede retirar los fueros para que un representante sea investigado como cualquier ciudadano. Es decir, no implica la culpabilidad del representante, la que tendrá que debatirse en el Poder Judicial.
Es completamente inadmisible la creación de mayores blindajes y mayores diferencias entre el pueblo y sus representantes, quienes en todos los aspectos deberían renunciar a los indebidos privilegios que ya gozan, lo que produce un creciente rechazo de un proyecto como este, tan odioso y contrario al sentido de la República.