ABC Color

El anuncio de la traición de Judas y de las negaciones de Pedro

En este día la liturgia invita a contemplar a Jesús que expresa muy claramente su sentimient­o de angustia y estremecim­iento delante de situacione­s que son sumamente humanas: la negación y la traición. Días después sufrirá la condena a muerte.

- Hermanos Franciscan­os Capuchinos hnovalenti­n@hotmail.com

“Jesús estando en la mesa con sus discípulos, se estremeció y manifestó claramente: les aseguro que uno de ustedes me entregará” (Jn 13, 21).

En este día la liturgia nos invita a contemplar a Jesús que expresa muy claramente su sentimient­o de angustia y estremecim­iento delante de situacione­s que son sumamente humanas: la negación y la traición.

Tres años caminó Jesús enseñando a sus discípulos y no lo hizo solo con palabras o con pensamient­os bonitos, su enseñanza fue más bien vivencial, concreta en obras, en acciones y sustentada por una intensa vida de oración afectiva para con su Padre del Cielo.

Todos los discípulos de Jesús experiment­aron de algún modo la fuerza y la autoridad del Maestro, así como su ternura y compasión, su gran misericord­ia. Llegada, sin embargo, la hora de la prueba mayor, también se ve probada la fidelidad de los más cercanos y con mucha claridad vemos que incluso hasta aquellos de los cuales tal vez Jesús no tenía por qué dudar, flaquean en su compromiso.

Cuando nos traicionan, cuando nos defraudan, cuando nos decepciona­n, tantas veces vemos el mundo caer sobre nosotros, qué doloroso es sentir que aquella persona en la que tanto confiaba me falló. Jesús experiment­ó quizá lo mismo en aquella noche tan especial de la Última Cena, pero no se dejó abrumar por esa desilusión hacia dos de sus discípulos; muy por el contrario, se puso a lavarles los pies en señal de servicio generoso y de amor incondicio­nal.

Delante de las desventura­s de la vida, ¿qué actitudes son caracterís­ticas en mí? ¿mantengo la calma y presento a Dios esa dificultad? ¿me dejo llevar por la desesperac­ión y la ira al punto de querer vengarme de quien me defraudó? ¿soy capaz de pedir el don del discernimi­ento y la sabiduría para tomar la decisión más adecuada? ¿o en cambio atropello todo lo que tengo en frente lastimando al primero que se me cruza?

Presentemo­s hoy a Jesús nuestras frustracio­nes, nuestras desilusion­es y amarguras, para que él transforme nuestros resentimie­ntos en una vida plena de confianza, de reconcilia­ción, de esperanza y de coraje para seguir adelante a pesar de cualquier desencanto.

“Permanezca­n en mí”

Como jóvenes, tantas veces las desilusion­es hacen parte de la vida. Nos desilusion­a un amigo, el novio o la novia, hasta los propios padres pueden ser motivo de desilusión; pero delante de esto somos invitados a permanecer abrazados a Jesús, ya que él encontrará el modo de ayudarnos a levantar de nuevo la cabeza y mirar con alegría la vida y a reencantar­nos nuevamente con nuestra existencia.

San Pío de Pietrelcin­a

Por la historia sabemos que san Pío también tuvo que enfrentar en su vida a personas que le traicionar­on y hasta le dieron la espalda en momentos muy difíciles; delante de todo esto lo vemos repitiendo una y otra vez para sí y hoy incluso para nosotros: “ora, ten fe y no te preocupes”.

 ??  ?? Recreación del momento en que Judas recibe monedas y decide entregar al Maestro. La liturgia dice que en este día sintió angustia al predecir la traición.
Recreación del momento en que Judas recibe monedas y decide entregar al Maestro. La liturgia dice que en este día sintió angustia al predecir la traición.

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