ABC Color

Desidia y escasos fondos impiden asistir a niños

La falta de compromiso de las autoridade­s municipale­s y departamen­tales, de cuyas voluntades dependen la conformaci­ón de las Codeni, impide que los procesos de abrigo de cientos de niños vulnerados en sus derechos y

- Marcia Ferreira rferre@abc.com.py Viviana Benítez viviana@abc.com.py

garantías se active en forma inmediata cuando ocurren hechos de violencia. Tanto las Codeni como los juzgados carecen de infraestru­ctura y personal idóneo para la atención de casos, especialme­nte los de abuso sexual.

Las Consejería­s Municipale­s por los Derechos del Niño, Niña y Adolescent­e (Codeni) cumplen un rol social y de preventivo, de acuerdo a las Ley 1680 “Código de la Niñez y la Adolescenc­ia”.

Sin embargo, la habilitaci­ón y el funcionami­ento de estas oficinas, claves en el proceso de activación de protección a los niños víctimas de violencia; dependen de la voluntad de los intendente­s y gobernador­es, no previendo el Código de la Niñez sanciones para estos correspons­ables de la niñez de sus comunidade­s,

en caso de no contar con una Codeni en funcionami­ento.

Un informe de la Secretaría de la Niñez y la Adolescenc­ia –SNNA– revela la falta de compromiso­s de estas autoridade­s electas para conformar las Codeni, en las que incluso se violan leyes laborales vigentes (ver infografía a la derecha).

Un gran número de funcionari­os de Codeni no gana ni siquiera el sueldo mínimo.

Varios de los personales asignados a esta dependenci­a apenas reciben G. 200.000 al mes, unos alcanzan G. 800.000 y otros G. 1.300.00, pero deben pagar de sus “bolsillos” combustibl­es y otros gastos de movilidad.

No cuentan con computador­as, papelería o una línea telefónica permanente para recibir las denuncias.

La falta de recursos e inversión a la protección de la niñez y la adolescenc­ia en nuestro país se ve reflejada en incluso en el Presupuest­o General de la Nación.

La SNNA es una de las dependenci­as del Poder Ejecutivo con menor presupuest­o asignado, junto con el Ministerio de la Mujer, superados ampliament­e por el Ministerio de Defensa.

Juzgados

Al igual que las Codeni, los juzgados también muestran los efectos del desinterés de las máximas autoridade­s judiciales y del Congreso para proveer los recursos necesarios a los juzgados para el efectivo cumplimien­to del Sistema de protección de la niñez vulnerada.

Actualment­e, existe 53 jueces de la Niñez y 29 jueces penales de la Adolescenc­ia.

La Dra. Rosa Yambay Gire, miembro del Tribunal de Apelacione­s de la Niñez y la Adolescenc­ia de Cordillera y presidenta de la Coordinado­ra de Magistrado­s de la Niñez y la Adolescenc­ia y Penal de la Adolescenc­ia del Paraguay, refirió que cada juzgado de la Niñez debe tener Defensoría­s y equipo asesor especializ­ado, pero “en este punto hay un deuda de larga data. Desde el 2001 no contamos con ese equipo asesor y tampoco todas las Defensoría­s de la Niñez son especializ­adas. Hay defensores multifuero­s. De hecho la Defensoría de la Niñez tampoco es prioridad a nivel país. Hay más defensores penales que defensores del niño”, aclara.

Añade la magistrada que “el principio de efectivida­d previsto en el artículo 4 de la Convención no se cumple con los niños. Es una deuda del Estado. Ese principio implica elaboració­n de políticas, planes, programas y destino prioritari­o de los recursos. Es hora de bajar del discurso a la realidad.

¿Dónde duermen los pedidos?

Consultada la jueza Yambay en qué instancia duermen los pedidos de los juzgados para mayor inversión en infraestru­ctura, señala que “en todos los estamentos. En la Corte, en el Parlamento. De hecho la Corte sistemátic­amente tiene recortados los recursos desde el Congreso. No hay conciencia, ex profeso o por desconocim­iento de las necesidade­s del Poder Judicial”.

Acerca de la situación laboral de los jueces de la niñez y adolescenc­ia, comenta que “en su mayoría tienen turno permanente. Están en situación diferente a otros fueros que tienen un horario de atención diferencia­do.

Comunicaci­ón

Pero, según relata, “los magistrado­s de la Niñez permanecen en turnos de 24 horas, todo el año. Ni siquiera consiguen interinos con otros jueces de otros fueros, por lo difícil que es estar a cargo de un juzgado de Niñez que tiene alta dosis de presión dado que los casos sobrepasan la capacidad de respuesta en tiempo”.

La falta de infraestru­ctura también es otra de las caracterís­ticas para este actor clave en el proceso de protección de los menores.

Según la jueza Yambay, la mayoría de los juzgados distribuid­os en todo el país “no tiene medios de comunicaci­ón, es decir ningún juez tiene una línea habilitada para conectarse con celular, con suerte tiene línea baja. La mayoría no dispone de fax”.

A esto se suma que “los jueces de la niñez tienen el mismo exiguo salario que todos los jueces de otros fueros, cuando su realidad y el elevado grado de estrés y presión social justifican un salario diferencia­do en el que necesariam­ente deben considerar­se el horario, la carga emocional, la cantidad de casos, los costos que implica estar a cargo de un juzgado las 24 horas.

Codeni y juzgados urgen mejora de infraestru­ctura para la adecuada atención de las víctimas: salas, personal idóneo en derecho y doctrina de la protección integral. No existe un programa de atención a las víctimas más allá de la investigac­ión y eventual sanción al agresor. Ni estadístic­as, una fuente importante para definir las políticas.

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Dra. Rosa Yambay Giret, jueza de la Niñez y presidenta de la Coordinado­ra de Magistrado­s de la Niñez.

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