Exitoso trasplante facial completo
Lula, que gobernó Brasil entre 2003-2010, está preso por ese caso desde el pasado 7 de abril, cuando se entregó a las autoridades de Curitiba para cumplir su pena.
Tras la condena en segunda
PARÍS (EFE). El francés Jérôme Hamon se convirtió en el primer paciente en el mundo en someterse a dos trasplantes de cara tras superar una segunda operación en el hospital Georges-Pompidou de París, donde continúa hospitalizado mientras se recupera.
El injerto es como colocar una máscara, con cuidado, uniéndola a todo lo que compone la anatomía compleja de la cabeza.
Una vez aplicado da rápidamente señales alentadoras al tomar color.
Hamon, de 43 años, pasó por el quirófano la noche del 15 al 16 de enero de la mano del cirujano plástico Laurent Lantieri, que ya le había operado en 2010 en el hospital Henri-Mondor de Créteil, cerca de París.
El francés padece neurofibromatosis-1 o “enfermedad Von Recklinghausen”, un mal genético que le provocó la deformación del rostro.
El primer trasplante parecía un éxito hasta que en 2015 le recetaron para una gripe un antibiótico incompatible con su tratamiento inmunodepresor, cuyo objetivo es evitar que el cuerpo rechace la nueva cara.
A partir de ese momento su nuevo rostro se fue degenerando hasta que en 2017 fue internado durante dos meses mientras esperaba un donante, que finalmente fue un joven de 22 años, fallecido a varios cientos de kilómetros de la capital francesa.
Ahora, tres meses después de ese trasplante inédito, el paciente sigue un tratamiento inmunodepresor, y asegura sentirse “muy bien”.
Sin cara
Permaneció dos meses “sin cara” y en reanimación en el hospital Pompidou, a la espera de que la agencia francesa de biomedicina encontrara un donante compatible. Unos momentos dolorosos que no acabaron con las ganas de luchar de Hamon.
Con el acuerdo de la agencia francesa de seguridad del medicamento, se utilizó una técnica revolucionaria para conservar el injerto. En lugar de introducir la cara en una solución clásica, se usó hemoglobina de gusanos marinos para retener el oxígeno.
Se han practicado 40 trasplantes de cara en el mundo desde el primero, el de la francesa Isabelle Dinoire, en 2005.