Funcionarios argentinos de EBY reciben aumento
Con la anuencia del director paraguayo de Yacyretá, Ángel María Recalde, los funcionarios argentinos de Yacyretá recibieron un considerable aumento salarial que se implementó en dos etapas. El aumento se aplica sobre los salarios de Primer Mundo que ya pa
Los funcionarios permanentes y también contratados de la margen izquierda de Yacyretá (lado argentino) recibieron un aumento salarial que se aplicó en dos etapas. Primeramente un 15% a partir de enero y otro 2% adicional a partir de este mes. El porcentaje se aplica sobre los salarios que percibían en diciembre del año pasado, según se lee en la resolución en que estipuló el incremento (ver facsímil).
Sobre el tema intentamos conversar ayer con Ángel María Recalde, director paraguayo de la entidad, pero no respondió nuestras llamadas a su celular con terminación 007.
Recalde prestó su acuerdo para que el aumento se hiciera efectivo a los funcionarios de la margen argentina de la binacional.
Al igual que en la margen paraguaya, los argentinos que trabajan en Yacyretá perciben salarios de Primer Mundo y ahora sobre esa base un aumento que desangra aún más a la entidad binacional.
Cualquier aumento salarial que se aplique dentro de la entidad implica un consecuente aumento de la tarifa, según había advertido en su momento el presidente de la ANDE, ingeniero Víctor Romero, en años anteriores cuando los funcionarios paraguayos de la EBY reclamaban un incremento en sus haberes.
También intentamos hablar ayer con Romero, pero como ya es costumbre no atendió las llamadas.
El polémico aumento salarial para los argentinos en Yacyretá, y con anuencia del director paraguayo, se da en un momento en que nuestro país está siendo sumido en una situación sumamente desventajosa: la maquinización del vertedero Aña Cua.
Estas obras fueron licitadas sin acuerdo del Congreso Paraguayo, violando el Tratado de Yacyretá, según denunciaron legisladores.
En una relación costo-oportunidad las obras no le convienen al país porque suponen una inversión mayor a las de Yguazú, donde Paraguay ni siquiera debía compartir la energía generada, dicen.