Olvidados
La esplendorosa Juan de Mena, considerada el “Oasis de Cordillera”, es quizás la comunidad que más sufrió el abandono del Estado, a través de los sucesivos gobiernos. Su belleza natural contrasta con sus múltiples carencias básicas.
La mayoría de las vías que comunican la zona urbana con las compañías se encuentran intransitables, los agricultores deben pasar todo tipo de peripecias para poder sacar su producción a los sitios de comercialización.
La escasa y complaciente presencia policial (cuatro efectivos y una vieja patrullera) hace que la zona sea dominada por las mafias. En la comunidad, el abigeato, el rollotráfico y el narcotráfico son la constante. Los caminos abandonados y el extenso territorio son aprovechados por los delincuentes para mantener en zozobra a los 10.000 habitantes de la comunidad.
Las once escuelas de esta comunidad se encuentran en lamentable estado, algunas en peligro de derrumbe y con aulas clausuradas desde hace tres años, como es el caso de la escuela Niño Jesús de la Compañía Guido Almada, ubicada a 37 kilómetros de la zona urbana. Los niños y docentes deben desafiar el intenso frío para dar clases a la intemperie. Otras ni siquiera cuentan con sanitarios acordes a las necesidades, por lo que los alumnos deben utilizar insalubres letrinas.
El intendente Julio César Antúnez (PLRA) dice que no cuenta con la autorización del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) para poder realizar obras en los lugares requeridos porque los funcionarios del Departamento de Infraestructura no tienen “tiempo para las fiscalizaciones y verificaciones, en el lugar, porque queda lejos”.
La salud es otra gran deficiencia en la zona céntrica porque hay un puesto de salud cuya ambulancia está descompuesta desde hace varios meses. No tienen médicos de guardia y en las compañías solo funcionan tres unidades de salud familiar con múltiples carencias.
Esta localidad igualmente cuenta con una población que tiene el deseo de salir del ostracismo al que fue condenado.
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