Nos roban y nos engañan
Jesús Ruiz Nestosa
Más escandalosa fue la defensa que hizo el senador José “Pakova” Ledesma del nuevo parlamentario del Mercosur, Neri Olmedo (Alianza Ganar), que el nombramiento en sí y las declaraciones que realizó en Montevideo a una periodista brasileña.
Las dificultades que enfrentó para expresarse en castellano pusieron al político en la diana de críticas y protestas, aunque también hubo quien ensayó alguna que otra defensa alegando que quizá no se exprese bien en castellano pero puede hacerlo correctamente en guaraní.
El problema está en que el idioma oficial del Parlamento del Mercosur es el español y creo que no están contempladas las lenguas aborígenes. Por lo tanto, se hubiera tenido el cuidado de enviar allí a alguien que, por lo menos, pudiese expresarse correctamente en dicho idioma.
Acabo de leer que la Unión Europea intensificará sus contactos con el Mercosur, pues tiene interés en lograr intercambios comerciales efectivos entre ambos bloques.
Me pregunto yo de qué manera estará representado Paraguay en las reuniones que se tengan con los altos cargos de la Unión Europea, con Donald Tusk, con Christine Lagarde, con Ángela Merkel o Emmanuel Macron. ¿Habrá que contar con un intérprete especial para que nuestros representantes parlamentarios se puedan hacer entender?
Pero el problema no se encuentra en este punto que es meramente anecdótico. Nada cuesta contratar un intérprete castellano-guaraní. Lo grave es que este señor difícilmente se podrá expresar correctamente en uno o en otro idioma porque el problema es que no sabe dónde se encuentra parado. Él no está allí para fomentar el buen entendimiento y el trato amistoso entre parlamentarios, como dijo, sino para defender los intereses de nuestro país.
La intervención del senador Ledesma terminó de embarrar la cancha. A través de sus propias palabras nos enteramos que los interesados en ocupar los primeros puestos de esas listas sábanas –para esto sirven– pagan hasta 200.000 dólares.
Esto significa, al cambio de hoy, mil ciento veinte millones de guaraníes. Teniendo en cuenta que el salario del político es de unos treinta y tres millones de guaraníes (sin contar los gastos de combustible, viáticos y otros extras) necesitará casi tres años para amortizar dicha suma en el caso que use todo su sueldo y que viva de la caza y la pesca.
La estafa a los contribuyentes –porque todo esto se hace con nuestro dinero– no termina aquí. El senador Ledesma dijo que “nadie estudia para ser concejal, intendente o parlasuriano, pues no hay reglas del juego y la mayoría ingresa a sus funciones sin saber qué hará y aprende por el camino”.
Quiere decir que nosotros, los contribuyentes, debemos otorgarle una beca de treinta y tres millones de guaraníes mensuales para que pueda ir aprendiendo lo que debe hacer en ese puesto. Las palabras del senador son insultantes. Teníamos la esperanza que a esos puestos se llega sabiendo y, sobre todo, con conocimientos aprobados con diez felicitado, aplausos y zapateo.
Dijeron que el nuevo parlasuriano Neri Olmedo, del departamento de San Pedro, es un hombre “muy trabajador, muy hacendoso” y otras lindezas.
Yo también estoy trabajador, serio y, lastimosamente, honrado, lo que hace que no pueda acceder a la función pública. Pero esto no me hace hábil de ir un día a un hospital y exigir que me dejen hacer un trasplante de médula. Primero tengo que saber dónde se encuentra la columna vertebral, luego en qué parte va alojada la médula y así, todo para adelante.
No puedo alegar que según vaya dejando muertos iré aprendiendo cómo se debe hacer la operación. Esta es nuestra situación: nos roban, nos engañan, nos tratan como a idiotas y todavía se ofenden si no les creemos.