ABC Color

Ante todo fue un carácter

- n Alcibiades González Delvalle alcibiades@abc.com.py

Salió de la redacción para nunca más regresar. Esa redacción que construyó con paciencia, perseveran­cia, valentía. Entre sus empresas, el diario ABC Color fue la más querida, a la que más tiempo y pasión le dedicó. De algún modo, el destino le compensó para que sus últimos pasos fuesen en el sitio exacto donde tuvo lugar su vida en los últimos 51 años.

Recuerdo los comienzos inciertos del diario. ¿Había espacio para otro más? Zuccolillo se hizo asesorar por un experto chileno, quien, luego de un largo estudio del mercado, llegó a la desoladora conclusión de que era imposible un nuevo emprendimi­endo periodísti­co. El diario “La Tribuna” era imbatible, como lo venía demostrand­o ante intentos similares. Nada crecía a la sombra del gran diario. La respuesta de Zuccolillo fue terminante: “Te agradezco la recomendac­ión, pero sigo adelante”. Este carácter de no amilanarse ni siquiera ante la posibilida­d de perder una cuantiosa inversión, habría de acompañarl­e siempre.

Se rodeó de buenos colaborado­res periodísti­cos, administra­tivos y técnicos, que tuvieron la misión de trabajar –con Zuccolillo a la cabeza– de diseñar no solo un nuevo periódico, sino el rumbo de una nueva prensa en el Paraguay.

Y así fue. Con la incorporac­ión del sistema offset, entonces novedoso, y la opinión editorial diaria, se inauguró un nuevo tiempo en el periodismo nacional. Desde un comienzo, Zuccolillo dimensionó la importanci­a de opinar sobre los asuntos nacionales y, si cabían, los internacio­nales. Priorizó las cuestiones domésticas, porque tenía del periodismo la idea de un formidable instrument­o para ayudar al país a pensar, debatir, discutir sus problemas. Fue así que desde el primer día, hasta el último de su vida, hizo de ABC Color el medio que hacía de la actualidad nacional una cuestión esencial para la controvers­ia, la crítica o el elogio.

Con Aldo Zuccolillo no solo va un empresario periodísti­co; también le acompaña un periodista inmenso que hizo de su vocación la razón misma de su vida. Su labor diaria –que se extendía por varias horas durante 50 años– consistía en leer e interpreta­r la realidad del país en todos los órdenes. Nada se escapaba a su curiosidad, preocupaci­ón, deseo de servir. Siempre encontraba motivos que pusieran en marcha su sensibilid­ad social e instinto político.

Fue el azote de los corruptos que hacen de la función pública su manera fácil de vivir bien; y la mano amiga hacia quienes necesitaba­n su apoyo.

Su constante prédica porque las autoridade­s mejorasen las condicione­s de vida de toda la población le valió la clausura del diario en 1984; pero previament­e había conocido la cárcel y la más encendida ofensa provenient­e de los sectores políticos a los que combatía con honor y con justicia.

Cuando se reabrió el diario, al cabo de cinco años, ABC Color se presentó como en su inicio: la incorporac­ión de la nueva tecnología. Las computador­as hicieron más ágil el diario, pero siguió con la preocupaci­ón original: informar sobre todos los sucesos y opinar sobre los acontecimi­entos más relevantes.

En lo personal, a través de 50 años de trabajar juntos, aprendí a valorar cada día su incalculab­le capacidad de absorber los insultos más soeces. Estaba muy seguro de que él no era como sus ofensores. No lo fue nunca.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay