ABC Color

Santiago hace frente a fuerte contaminac­ión

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SANTIAGO DE CHILE (EFE). Santiago de Chile, con 7,2 millones de habitantes, hace frente a una de las contaminac­iones más fuertes de los últimos años, debido a la escasez de lluvias, pero también por un parque automotor que cada año crece significat­ivamente.

La ciudad tiene un sobredimen­sionado parque automovilí­stico y que en la actualidad hay más de 5 millones de vehículos, una cifra que podría llegar a los 7 millones en 2020, lo que determina que una “nube de smog” tape por completo la ciudad.

Esa expresión se refiere a la capa de polución ambiental urbana que cada invierno austral se forma a baja altura sobre la ciudad causada por las partículas en suspensión en el aire, acrecentad­o por la falta de viento habitual en la capital chilena.

Ello obliga a la Intendenci­a (gobernació­n) metropolit­ana a decretar cada cierto tiempo el cierre de más de un millar de industrias, considerad­as fuentes fijas de contaminac­ión, y la restricció­n de vehículos según el número de su matrícula (chapa).

De hecho, en lo que va de año, la intendente Karla Rubilar ha ordenado tres preemergen­cias y más de 16 alertas ambientale­s. Además se prohíbe “terminante­mente” la quema de leña.

La capital chilena está enclavada en un valle rodeado de montañas, por lo que en los meses de otoño e invierno la calidad del aire suele empeorar debido a la ausencia de brisa que disemine las partículas nocivas, así como por el fenómeno de la inversión térmica.

Los santiaguin­os y turistas solo necesitan subir el cerro San Cristóbal, de 880 metros de altura y que se levanta casi en el centro de la ciudad, para presenciar cómo la polución urbana cubre casi por completo los grandes edificios y grandes recintos deportivos como el Estadio Nacional.

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