Licitación de obras en el Pilcomayo puede convertirse en un negociado
El Estado invertirá US$ 25 millones en la limpieza del canal del Pilcomayo. En cuestión de días el precio de extracción de sedimentos tuvo un sobrecosto del 40 por ciento. Se corre el riesgo de un gran negociado.
Empresas viales tendrán a su disposición 25 millones de dólares para trabajar en la zona del Pilcomayo.
Este viernes, en la mañana, se llevará a cabo la subasta electrónica para determinar las empresas que serán contratadas.
Los montos en juego son los siguientes: el lote 1, limpieza de la embocadura hasta el kilómetro 50, tendrá una inversión de 13,8 millones de dólares.
El lote 2, del kilómetro 51 hasta el fortín General Díaz, 11,2 millones de dólares.
El presupuesto que destinó este año la Argentina para la rehabilitación de su canal no supera el millón de dólares.
El problema aquí es que la licitación en curso puede convertirse en un tremendo negociado.
Basta con mirar la exorbitante cifra que se pagará por remoción de sedimentos: hasta el 30 de agosto último, 24.000 guaraníes el metro cúbico.
El lunes 3 de setiembre pasado la cotización por el mismo trabajo subió a 35.000 guaraníes.
En apenas cuatro días la extracción de sedimentos del canal tuvo un aumento del 40 por ciento.
No existe ningún argumento técnico o económico que pueda sostener semejante cotización.
El mismo trabajo, en el Chaco, cuesta 6.500 guaraníes el metro cúbico cuando se trata de construcción de tajamares o canales. La tarea en el Pilcomayo es la misma, solo cambia el escenario.
Un pliego a la medida de empresas viales
El pliego de bases y condiciones del Pilcomayo está diseñado a la medida de las empresas viales.
Las condiciones establecidas son de tal magnitud que se restringe la participación de empresas menonitas que operan en el sector.
Los menonitas harán el mismo trabajo, con mayor eficiencia, en menor tiempo y con costos sensiblemente inferiores.
Para evitar esta participación se establecen condiciones que solo ellas puedan cumplir.
Un ejemplo, haber trabajado en los últimos cinco años en el rubro de remoción de suelo para el Ministerio de Obras Públicas.
Harry Klasen, un conocido menonita que trabaja en el rubro hace 20 años, no puede pelear en una licitación porque no trabajó antes para el MOPC.
Y lo peor: lleva años trabajando como subcontratista en el Pilcomayo, pero esa experiencia no le sirve como antigüedad para postularse porque nunca tuvo un contrato directo.
Entonces Harry, al igual que otros menonitas, solo puede pelear por pequeños subcontratos.
De más está decir que las empresas viales llevan la parte del león.