El programa Tekoporã también tiene pensionados “ricos” en Caazapá
Un indigente invidente que reside en Caazapá espera desde hace tres años que sea incluido en el programa Tekoporã, mientras que personas acomodadas figuran en la lista de beneficiarios. Hace unos días publicamos una denuncia similar en el programa de pens
CAAZAPÁ (Antonio Caballero, corresponsal). El afectado es Israel Duarte (62 años), quien vive en una precaria casa de madera en el barrio Brisa de esta capital departamental. La vivienda pertenece a su sobrina política Juliana Gutiérrez.
Don Israel comentó que es oriundo de Puerto Pinasco (Presidente Hayes, Chaco) y que hace 20 años vive en esta ciudad. Está ciego y no puede trabajar para cubrir sus gastos personales.
Comentó que fue recogido por la exesposa de su sobrino y que de lo contrario no tendría dónde vivir. Desde hace tres años viene solicitando que sea incorporado en la planilla del programa Tekoporã del Ministerio de Desarrollo Social, pero que no lo consiguió. El hombre dijo que sabe que Tekoporã ayuda a las personas con discapacidad y que por eso solicitó que sea incluido en el programa gubernamental.
La historia de Duarte difiere con la de Natalia Noemí Sarubbi Larroza. Ella vive con su marido Juan Miguel Villalba en el barrio Arroyo Porã en una confortable casaquinta y cobra el subsidio estatal para pobres.
En la planilla de Tekoporã la mujer declara domicilio en la compañía San Pedro Mi. Es decir, falseó datos.
El marido tampoco es un indigente; además de la casaquinta del barrio Arroyo Pora posee otra vivienda que alquila en el barrio San Roque de esta ciudad.
En la dirección declarada en la compañía San Pedro Mi nadie conoce a Natalia Noemí Sarubbi Larroza.
El guía familiar del Ministerio de Desarrollo Social (ex-SAS) destinado a Caazapá, Antonio Aquino, al ser consultado señaló que le corresponde asistir a 130 familias incluidas en el programa Tekoporã. Indicó que él es el único funcionario del distrito de Caazapá, donde existen 1.500 familias beneficiadas y que desconoce la situación de Sarubbi Larroza.
Aquino dijo que el monto que cobran los beneficiarios depende de la situación en que viven: si tiene un hijo recibe G. 260.000 y si tiene cuatro alcanza G. 500.000, indicó. En cuanto a discapacitados hay dos categorías y la pensión puede llegar a G. 350.000.
Llamamos por teléfono a Sarubbi Larroza y le preguntamos cómo consiguió ingresar a la planilla de beneficiarios del programa Tekoporã que es para personas pobres. Se limitó a cortar la comunicación.
A mediados de noviembre último publicamos una denuncia similar de un caso ocurrido en San Juan Nepomuceno con el programa de pensión alimentaria para adultos mayores en situación de pobreza. Un empresario “rico” cobraba, mientras una mujer indigente “no calificó”.