La salud pública está por el suelo
Imagen del Hospital Regional de Encarnación, donde es un suplicio obtener turnos y atención. A lo largo y ancho del país se repiten estas escenas de saturación y crónica falta de insumos, medicamentos, profesionales. La situación va de mal en peor, entre el desabastecimiento, los problemas de gestión y el desfinanciamiento, con deudas que se arrastran desde la época de Lugo. Las autoridades actuales y pasadas se culpan unas a otras. Iniciamos una serie sobre el tema.
ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional).
El Hospital Regional de Encarnación (HRE) cuenta con 148 médicos, 300 enfermeros, 200 funcionarios administrativos y de servicios (incluidos choferes de ambulancias), cuatro ambulancias; ocho camas de terapia intensiva para adultos y cuatro para recién nacidos, 135 camas para internaciones; un promedio de entre 12.000 y 13.000 pacientes atendidos por mes y 500 concurrentes cada fin de semana (viernes, sábado y domingo).
Ese es el resumen de las condiciones en que funciona el centro asistencial de referencia de la zona sur de nuestro país y detrás de las cifras se esconde un servicio inhumano debido el colapso del sistema.
“En materia de salud pública los recursos nunca serán suficientes, pero en líneas generales buscamos cubrir las demandas. Cada mes recibimos los medicamentos e insumos, pero por la cantidad de pacientes que manejamos no da abasto”, señaló el director médico del HRE, Dr. Walter Benítez.
Un claro ejemplo de la complejidad del problema que se vive día a día es una situación ocurrida hace unos días, dijo: El hospital tiene capacidad de 135 camas, en todos los servicios, pero en un mismo día teníamos ingresados 158 pacientes, lo que obligó a que algunos sean acomodados en sillas de hidratación en los pasillos.
El abarrotamiento del centro asistencial se ve en los pasillos, donde se mezclan pacientes haciendo filas por horas para conseguir turnos en los servicios con los familiares de internados que esperan pacientemente la llamada de alguna enfermera para recibir una receta para comprar medicina de alguna farmacia.
Este hospital es el único servicio público que cuenta con terapia intensiva en Itapúa. La demanda de esa prestación, sin embargo, es imposible de cubrir con dichos recursos.
Hasta desde Pilar (departamento de Ñeembucú) llegan pacientes que necesitan cuidado intensivo. Existen innumerables casos de pacientes que, hay que decirlo, se mueren mientras esperan que se desocupe una cama.
Urgencias al rojo vivo
Uno de los servicios que registra mayor demanda de recursos de personal e insumos es Urgencias médicas, donde hay un promedio de 500 atenciones cada fin de semana, de las cuales el 40% es por accidentes de tránsito, en su mayoría de motociclistas.
Los días más críticos son viernes, sábados y domingos, en los cuales la cantidad de atenciones en diferentes casos oscila en 200 personas por día, refirió el doctor Benítez.
Los casos más frecuentes de atención en urgencias tienen que ver con hipertensión, fiebre, diabetes aguda, y los accidentados, y en muchos casos los últimos citados deben ir a cirugía en forma urgente. “Tenemos 15 ropas para cirugía, y a veces se usan todos en un día”, explicó.
Agregó que en esa sección es donde se destina gran parte de los insumos que recibe el hospital, como guantes, jeringas, gasas, alcohol e inyectables. Se prevén las cantidades, pero a veces es insuficiente y se recurre a familiares, dijo.