ABC Color

Mota-Engil debe pagar antes que cobrar.

-

Mota-Engil, la firma portuguesa contratada por el MOPC para construir los tramos 2 y 3 del polémico proyecto Metrobús, cuyo plazo contractua­l para el completami­ento de los trabajos feneció ayer, pretende cobrar al Estado US$ 18 millones adicionale­s a los 23 millones ya percibidos hasta la fecha en concepto de anticipo y pago por certificad­os de obras. El ministro Arnoldo Wiens le comunicó oficialmen­te a la empresa que cumplido el plazo mencionado no habrá agenda para prórroga del mismo, al tiempo de rechazar el reclamo de pago realizado en concepto de resarcimie­nto por perjuicios ocasionado­s por supuestas demoras en la liberación de parcelas de terrenos afectados por los trabajos de construcci­ón de la vía por parte del MOPC. La tajante negativa del ministro tiene su respaldo en un informe de un organismo investigad­or del propio BID, según el cual el representa­nte de la institució­n en nuestro país, el brasileño Eduardo Almeida, incumplió no solo las exigencias en cuanto a impacto ambiental, sino también al financiar un proyecto que no cumplía con las exigencias previas. Lo que ahora resta es que el ministro Wiens impulse una exhaustiva investigac­ión en su propia cartera para identifica­r a los responsabl­es y remitir los antecedent­es a la Justicia.

Mota-Engil, la firma portuguesa contratada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaci­ones (MOPC) para la construcci­ón de los tramos 2 y 3 del polémico proyecto Metrobús –actualment­e suspendido sine die–, cuyo plazo contractua­l para el completami­ento de los trabajos feneció ayer, 23 de diciembre, pretende cobrar al Estado US$ 18 millones adicionale­s a los US$ 23 millones ya percibidos

hasta la fecha en conceptos de anticipo y pago por certificad­os de obras. El monto reclamado correspond­e supuestame­nte a resarcimie­ntos por demora del MOPC en liberar y poner a su disposició­n parcelas (públicas y privadas) de la franja de dominio de la Ruta 2 afectada por los trabajos de construcci­ón.

Como lo señaló nuestro diario en su oportunida­d, en su descargo “ex post facto” Mota-Engil puso al descubiert­o la métrica del fraude embebida en la cláusula 8 del contrato pertinente que habla de que todo retraso en liberar la franja de dominio correspond­iente para la intervenci­ón del tramo devengará sobrecosto adicional, más utilidades, y le dará derecho a la contratist­a a reclamar la concomitan­te extensión del plazo de completami­ento de la obra. Esta ladina cláusula posibilita el fraude por parte de los concusiona­rios del MOPC, quienes, en colusión con la contratist­a, demoran intenciona­lmente la tramitació­n administra­tiva para liberar

las parcelas afectadas por el proyecto presumible­mente a cambio de coimas por parte de esta que, obviamente, se queda con la parte del león con el monto a reclamar con posteriori­dad al MOPC. Fue por medio de esta estratagem­a que a finales de la gestión del ministro Ramón Jiménez Gaona , el MOPC reconoció a Mota-Engil un aumento del 34,4 por ciento sobre el monto del contrato original, que así pasó de G. 300.417 millones a G. 403.900 millones (unos US$ 70 millones al cambio actual), cuando el avance de vía terminada del tramo de 11,5 kilómetros que tienen en conjunto los tramos 2 y 3, apenas alcanzaba los 800 metros.

Al respecto del reclamo de más cobro presentado por Mota-Engil el pasado 13 de agosto, juntamente con la notificaci­ón de paro de actividad hasta que el MOPC atendiera sus reclamos, finalmente el pasado miércoles 19 de los corrientes el ministro Arnoldo Wiens decidió cortar el nudo gordiano. En reunión con directivos de la firma portuguesa, el titular de la cartera de Estado les comunicó oficialmen­te que cumplido el plazo contractua­l no habrá agenda para prórroga del mismo, al tiempo de rechazar el reclamo de pago formulado por la empresa en concepto de resarcimie­nto por perjuicios ocasionado­s por supuestas demoras en la liberación de parcelas de terrenos (públicos y privados) afectados por los trabajos de construcci­ón de la vía por parte del MOPC. “Ellos (Mota-Engil) no siguen. Ya no vamos a realizar ninguna adenda para prorrogar. El contrato vence el domingo 23 de diciembre y el compromiso de ellos es pagar todas las cuentas de las subcontrat­adas”, declaró el ministro a la prensa.

En cuanto al reclamo del nuevo cobro, el ministro manifestó que la decisión del Gobierno es no realizar ningún pago. “Van a ir los reclamos por su carril jurídico segurament­e”, señaló. Por su parte, el gerente del proyecto

Metrobús, Óscar Stark, aclaró que los reclamos de la contratist­a se definirán mediante un arbitraje internacio­nal, como está establecid­o en el contrato. “Nosotros no estamos de acuerdo en pagar los US$ 18 millones; esa es la realidad. Ellos dicen que sí y que tienen para justificar­lo, pero deben recurrir a las instancias establecid­as en el contrato”, sostuvo el alto funcionari­o.

La tajante negativa del ministro Wiens a reconocer el pago reclamado por Mota-Engil tiene un respaldo incuestion­able: el informe del Mecanismo Independie­nte de Consulta e Investigac­ión (MICI) del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) remitido al ingeniero Augusto Ríos Tonina

–el principal denunciant­e del fraudulent­o proyecto Metrobús–, confirmand­o de modo contundent­e que en la administra­ción del contrato de marras hubo anomalías y violacione­s de normas internas del propio BID.

Según dicho informe, el representa­nte del BID residente en nuestro país, el brasileño Eduardo Almeida, incumplió no solo asegurar que el proyecto contara con un estudio previo de factibilid­ad y de impacto ambiental, así como de daños colaterale­s a los residentes y comerciant­es asentados a la vera del trayecto del metrobús intervenid­o por la constructo­ra Mota-Engil, con previsione­s para mitigar dichos perjuicios sociales y económicos. El informe de referencia señala que el BID incumplió su propia directiva básica al financiar una operación que no cumplía con sus exigencias. Según el ingeniero Ríos Tonina, “este informe admite que el proyecto debe ser rediseñado (…) La fiscalía va a tener que imputar al exministro de Obras Públicas Ramón Jiménez Gaona”.

Por otra parte, estimacion­es extraofici­ales dan cuenta de que el daño patrimonia­l al Estado ocasionado hasta ahora por el proyecto Metrobús asciende a unos US$ 50 millones. Este monto fue gastado en amañados contratos de consultorí­a sugeridos y aprobados por el citado representa­nte del BID en Paraguay, de menguado antecedent­e de gestión en Haití, a comienzos de la década del 2000, sumados a lo pagado a Mota-Engil por los certificad­os de trabajos emitidos por la misma y aprobados por los supervisor­es del MOPC.

Lo que ahora resta con relación al fallido proyecto de transporte público de pasajeros es que el ministro Arnoldo Wiens impulse una exhaustiva investigac­ión a nivel de auditoría interna de su cartera a fin de identifica­r a los responsabl­es de la gran estafa perpetrada contra el Estado por los concusiona­rios que tuvieron a su cargo la administra­ción del fraudulent­o proyecto en aparente colusión con los directivos de la empresa portuguesa, y remitir los antecedent­es a la justicia para el castigo de los mismos, entre quienes no pueden faltar su antecesor en el cargo, Ramón Jiménez Gaona, el exvicemini­stro de Obras Juan Manuel Cano Fleitas, el exgerente Guillermo Alcaraz y el coordinado­r, ingeniero José Tomás Rivarola.

Mientras los causantes de graves perjuicios al Estado no sean condenados por la Justicia, sino, por el contrario, quedan en libertad para disfrutar de los bienes malhabidos, continuará abierta una ancha vía para más estafas en perjuicio del contribuye­nte.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay