Suplican que se vaya Maduro
Ana Raquel Soto, ciudadana venezolana, esposa del detenido teniente coronel Víctor Soto, torturado por el régimen de Nicolás Maduro, lamentó ayer entre lágrimas la impotencia y la desesperante situación que vive su pueblo. Reafirmó que el gobierno de Maduro que asumió ayer por segundo periodo de seis años es “ilegítimo”.
En una entrevista desde tierras venezolanas con Radio ABC Cardinal 730 AM, Soto dijo que es odontóloga y confesó que es difícil ejercer una profesión en su país. Reveló que su marido diariamente es torturado física y psicológicamente. ¿Su pecado? “Instigar a la rebelión y traición a la patria”, agregó.
Tras una tenaz lucha, la mujer logró que su esposo fuera llevado a los tribunales, buscando al menos un atisbo de justicia en un país donde esa palabra parece haberse borrado del diccionario. “Desde un punto de vista geopolítico nos estamos convirtiendo en un problema para nuestros países lamentó Ana.
Una de las aristas más sensibles para Ana, como mujer, es ver a sus compatriotas embarazadas ir corriendo a parir a Colombia (país vecino) para que no se les mueran sus bebés, porque en Venezuela no hay medicamentos necesarios para asegurar el desarrollo pulmonar de un recién nacido, ni la vida de la madre.
En medio de este infierno, dijo que mantiene la fe en Dios de que su querida Venezuela hermanos”, pueda liberarse. “Dios no puede abandonarnos, no podemos perder la fe”, expresó.
Finalmente, hizo un llamado a las Fuerzas Armadas venezolanas “a prestar oídos a este pedido de justicia”. “Una justicia que no desea la violencia ni la muerte, que no pide nada más que este señor (Maduro) se vaya”, dijo en medio de llantos.