Un golpe a la oposición
Asumió Nicolás Maduro su segundo periodo “constitucional” como presidente de Venezuela en medio de un fuerte rechazo de la comunidad internacional, incluido de la República del Paraguay, que decidió romper relaciones diplomáticas.
La decisión extrema, diplomáticamente hablando, que adoptó el jefe de Estado paraguayo, Mario Abdo Benítez, no sorprendió porque ya se venía manejando esta información. Sin embargo logró dos fuertes impactos: 1. Internacionalmente le informó al mundo que su gobierno apoya la democracia y el respeto a la Constitución y 2. internamente golpeó fuerte al Frente Guasu (FG) y a sectores que aún simpatizan con el eje bolivariano, pese a que Hugo Chávez ya no está.
Mario Abdo Benítez reconoció el viernes pasado en su visita al departamento de Itapúa (sur del país) que la drástica decisión adoptada de romper vínculos diplomáticos, como todas de este estilo, tendrá su costo. Y no se refirió exclusivamente a la millonaria deuda que le reclama PDVSA al Paraguay, tema que se discute en un arbitraje en París (Francia) sino tal vez puso más énfasis en la situación interna en esas declaraciones.
Por un buen tiempo Marito ya no contará con los seis votos de los senadores del FG, encabezados por Fernando Lugo, enojados obviamente por desconocer a Maduro. ¿Necesitará el Ejecutivo esos números? Tal vez sí, en algún momento. Pero por ahora parece que no porque la comunidad internacional y gran parte de la ciudadanía salió a respaldar la decisión de romper relaciones con el régimen despótico del venezolano.
En esta coyuntura el Frente Guasu salió mal parado porque le envió a su presidente Carlos Filizzola a participar de la asunción y consecuentemente le reconoció y le dio su respaldo a un régimen dictatorial, que hoy la comunidad internacional condena a viva voz.
¿Qué le pasó al Frente Guasu? Perdieron totalmente el rumbo. Al aliarse con Horacio Cartes para atropellar la Constitución en marzo de 2017 ya dieron un mal paso. Pero, luego buscaron reivindicarse y se despegaron del “único líder” de Honor Colorado.
Pero este hecho internacional los vuelve a desnudar por completo. Desconocen el clamor popular para apoyar a un dictador. Y pensar que en sus discursos en las plenarias del Senado, en declaraciones periodísticas y en actos políticos muestran “sensibilidad social”.
La pregunta que surge aquí es: ¿Qué favores le deben Lugo y compañía al Gobierno de Chávez primero y Maduro después? Aparentemente más que una simpatía hay. Si es solo “coincidencia ideológica”, el Frente Guasu acaba de cometer un suicidio político en momentos en que el Paraguay siempre busca una tercera fuerza coherente y creíble.
No sabemos cómo analiza el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) la postura de su último aliado presidencial. Pero en estas condiciones resultará muy difícil una nueva alianza de cara a las municipales en el 2020 y presidenciales para el 2023.
Ojo que no sería nada raro que vuelvan a participar como aliados en estos próximos comicios. En marzo de 2017, uno (el Frente Guasu) estuvo del lado de Cartes, Blas Llano y Unace por el atropello constitucional y el otro (PLRA) a favor de la democracia, peleando en las calles cuerpo a cuerpo con los policías. Pero, para las elecciones presidenciales del 2018 tranquilamente juntos como hermanos se presentaron en una alianza el PLRA y el FG.
Entre colorados por ahora no se puede lograr ese “abrazo republicano” y ojalá que por un buen tiempo no se consiga. Estamos viendo los buenos resultados de ese quiebre en la ANR a nivel país. Mientras la oposición permita, el peor “enemigo” de un colorado será otro colorado. ¿Hasta cuándo será así?