ABC Color

“Gángsteres”

- Marta Escurra mescurra@abc.com.py

En la política, un día sos –o creés que sos– una ídola invencible haciendo vito y caridad con la plata del pueblo y al otro estás enviando escribanos al dos por tres para ratificaci­ones o rectificac­iones infames. Es simple. Las batallitas mediáticas que se libran en torno a la intervenci­ón de la comuna de Ciudad del Este son demasiado predecible­s.

Era cuestión de tiempo nomás para ver que el actuar de la exintenden­ta en situación de arrepentim­iento Sandra McLeod era tan ridículo como obvio ante la revisión de su gestión al frente de la municipali­dad esteña.

Por mucho tiempo, y con la complicida­d de entes estatales y también del propio Congreso, el clan zacariista logró frenar la intervenci­ón. Ahora que ya está en curso con el liderazgo de Carolina Llanes era de esperarse que la intendenta echara a andar sus remanidas y poco creativas campañas de desprestig­io desplegada­s contra todo aquel que no está conteste con sus ideología$ política$.

La secuencia siempre es la misma: primero dimes y diretes, corrillos de pasillos, las declaracio­nes y burlas publicadas en la pren$a amiga, los escribanos, para luego pasar a las amenazas de todo calibre y finalmente, la agresión por parte de sus adeptos, con el sumo cuidado para que parezca que “yo no fui”.

Llanes hace muy bien en no prestar atención ni gastar precioso tiempo y eficiencia en responder a los desesperad­os manotazos de ahogado de una claque que pudrió a la sociedad esteña.

La situación de los planillero­s, la corrupción en la Policía Municipal, la caja paralela, los medicament­os y otros manejos podridos son resultado de solo semanas de revisión de documentos y números que no coinciden. Hasta el momento son los

papeles –o más grave, la falta de ellos– los que hablan de una administra­ción desastrosa. Ese evidencia objetiva, no una campaña podrida de improperio­s ni teorías ridículas. El trabajo de Llanes es serio, es cuestión de matemática­s, las puras; no esas matemática­s zacariista­s en las que dos mas dos es seis para mi y dos para vos.

Decía Llanes que lo encontrado hasta el momento es digno de una película de gángsteres. Sí y no. Sí, porque la corrupción ha permeado casi todo. Y no, porque la defensa esgrimida hasta ahora se parece más a una comedia barata. Como si fuese que los intervento­res son como ellos.

Es cierto que Llanes se lleva todos los palos, como ella lo dice. Yo no diría que son palos, son preseas porque algo debe estar haciendo bien. Si McLeod o alguien de su entorno la felicitara, ahí si que sería preocupant­e.

En la política puede pasar cualquier cosa. Y en la política también, a veces, un día renunciás y al siguiente, te arrepentís, y al siguiente podes ser destituida y procesada por robar la plata de el pueblo.

Aunque, como es política, nunca se sabe.

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