Mediación papal, aire y tiempo para Maduro
Una eventual mediación del Vaticano en la crisis venezolana favorecerá al dictador Nicolás Maduro, que maniobra para hacer frente al rechazo internacional a su régimen y a la oposición. Aunque puso condiciones, ayer el Papa no descartó que la Santa Sede s
CIUDAD DEL VATICANO (EFE). El grupo de Lima (Canadá y 10 países latinoamericanos) denunció que el dictador usa la negociación como “maniobra dilatoria para perpetuarse en el poder”.
El Vaticano fue uno de los facilitadores, junto a la ahora casi desaparecida Unasur, de un fallido diálogo que mantuvieron durante un mes –en 2016– el régimen de Nicolás Maduro y la oposición, que por entonces pedía se realicen elecciones y la liberación de los presos políticos.
Esa mesa de conversaciones fracasó entre acusaciones de incumplimiento de acuerdos por parte del mismo régimen.
Ayer, Francisco dijo que aún no leyó la carta que le envió el dictador Nicolás Maduro, en la que le solicita su ayuda para abrir un diálogo en la crisis de ese país pero indicó que para que tal cosa se produzca, tienen que pedirlo las partes; en referencia a Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional que el pasado 23 de enero juró presidente interino de su país y ya fue reconocido por decenas de países.
Aunque “las condiciones iniciales son claras: que las partes lo pidan, siempre estamos disponibles”, reiteró.
El Pontífice busca evitar alinearse con algún bando, una posición que contrasta con las duros cuestionamientos que ha formulado contra el chavismo en el poder la Conferencia Episcopal Venezolana.
Incluso, el pleno del clero venezolano tildó a Maduro de dictador.
El Pontífice señaló que se pueden dar “pequeños pasos” y que el último es una mediación; “son pequeños pasos iniciales, facilitadores, pero no solo por parte del Vaticano, toda la diplomacia, acercarse a uno y al otro para poner en marcha posibilidades de diálogo. Así funciona la diplomacia”, enfatizó. Maduro informó de que había enviado una carta al papa Francisco para pedirle su ayuda en un proceso de diálogo.
Venezuela vive un conflicto político en medio de la peor crisis económica de su historia moderna, que provocó el éxodo de unos 2,3 millones de personas desde 2015, según la ONU.
Los venezolanos sufren los rigores de una escasez de medicamentos que ronda 85%, y miles de enfermos con afecciones crónicas tienen
dificultades para acceder a sus tratamientos.
Algunas proyecciones de organismos internacionales apuntan a que en 2019 otros dos millones de venezolanos podrían abandonar su país debido al drama humanitario.