Pagos a fanáticos seguidores del equipo
Los auditores se encontraron con qué pagaron viáticos a Aida Molina, conocida fanática zacariista que utilizaba la violencia para defender al clan. Lo malo es que los viáticos pagados se hicieron constar como “Ayuda Social”. Le pagaron para supuestamente venir a Asunción a tramitar documentos en el MOPC en julio de 2018.
Fueron halladas también facturas enmendadas y borroneadas de farmacias y distribuidores de insumos para el área social. Se hallaron medicinas que no existen en el vademécum paraguayo e inconsistencias entre los pedidos que se hacían (por ejemplo un vitamínico) y lo que se entregaba (pilas para audífono).
Fueron realizados pagos en concepto de gastos judiciales (descuentos a funcionarios contratados) y también se hizo figurar como Ayuda Social. Tampoco rindieron cuentas por más de 41 millones de guaraníes, comparando facturas de beneficiarios y pagos por ayuda social.
Farmacia desconoce
La farmacia Vitalmed reportó a los auditores que los comprobantes que están en la municipalidad no fueron elaborados por dicha farmacia. Hallaron unos G. 202 millones con respaldos de dicha farmacia que asegura no habérselas dado a la Municipalidad.
El auditor interno de la Municipalidad, Genaro García, era el contador de la farmacia Vitalmed. Los directivos de la farmacia se pusieron a disposición para proveer copias de las verdaderas facturas cuyos originales fueron utilizados para disfrazar gastos de la Municipalidad administrada por el clan ZI. Dijeron desconocer si el contador tenía más facturas en su poder.
La salud
Los dispensarios médicos municipales no están habilitados de acuerdo a la ley. Al menos unos 22 dispensarios que tienen un promedio de 6 funcionarios municipales cada uno no fueron habilitados legalmente, dice el informe.
No tenían sistema para controlar medicamentos, ni equipamientos necesarios y menos inventario de medicamentos e insumos vencidos.
Quemaban los medicamentos vencidos y no vencidos en el mismo predio de estos dispensarios; los hallazgos les permitieron confirmar cómo hacían pozos para arrojar medicinas o como se desprendían de medicamentos vencidos.
Solo uno de los 22 dispensarios contaba con personal idóneo.