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Ante una sala Molière de la Alianza Francesa repleta de público, los sociólogos Carlos Martini y Víctor-Jacinto Flecha lanzaron su libro “A treinta años del golpe”, que recoge una crónica de la transición de la dictadura a la democracia en nuestro país.
En la ocasión, la obra fue presentada por la politóloga Line Bareiro, quien en primer lugar destacó que en estos treinta años “solamente el Estado paraguayo estuvo ausente” en cuanto a la recordación y la reflexión sobre dicho periodo.
“Nuestros autores son, en este caso, cronistas”, subrayó Bareiro. Resaltó sobre todo la parte “analítica” de esta obra, “del proceso de construcción del liderazgo político militar en el Paraguay”. Los textos tienen “ese viso de investigación masticada”, subrayó.
“Nuestros autores son cronistas de la transición, en el sentido de que la mayoría de ustedes van a ver el paso a paso, los nombres de los electos, quiénes estuvieron en un lugar, cómo se hicieron las cosas, etc. Tenemos así la crónica”, enfatizó.
No obstante, señaló que actualmente nuestro sistema “democrático, pluralista y con libertades, lamentablemente está sin justicia y sin institucionalidad democrática”.
A su turno, Víctor-Jacinto Flecha agradeció a todos por su presencia, sobre todo a sus “amigos héroes de la lucha contra la dictadura” que se hicieron presentes. “Esto es realmente una fiesta de la libertad, ya que el gobierno no ha hecho ninguna conmemoración, esta es la conmemoración de quienes luchamos por la libertad”, exclamó para desatar fuertes aplausos.
Expresó que hoy día sigue “trabajando y soñando porque alguna vez vamos a lograr los paraguayos, el tener un Estado de derecho y una verdadera democracia con justicia social”.
En tanto, Carlos Martini apeló a un paralelismo entre Paraguay y el personaje de la mitología griega Sísifo, cuyo castigo era empujar una piedra por una montaña, cuesta arriba, pero esta volvía a caer y debía repetir el proceso.
“En el camino difícil queda esa tremenda deuda de la justicia social y por supuesto del Poder Judicial, y a veces uno se siente como Sísifo”, dijo, a lo que cuestionó que si seguimos siendo como este personaje “jamás vamos a conquistar un Estado de derecho en Paraguay”.