“A treinta años del golpe”
Line Bareiro tuvo a su cargo la presentación, muy aplaudida, de “A treinta años del golpe”, de Víctor Jacinto Flecha y Carlos Martini; editorial Servilibro. Fue el jueves en la Alianza Francesa, con la sala colmada de público. El libro lleva este subtítulo: “Autoritarismo y democracia en el Paraguay - Comprender el presente obliga a rastrear su origen”. Es lo que los autores hicieron con rigor documental. Como todo fenómeno social, el golpe del 2 y 3 de febrero se incubó mucho antes de que estallara. Fue un paciente y laborioso trabajo cuyo mayor desafío era tenerlo guardado lejos de indiscretas miradas que pudieran haber echado a perderlo todo, con incalculables consecuencias trágicas. Es sabida la reacción de la dictadura, siempre desmedida por su ferocidad, frente a cualquier intento, o sospecha de intento, de que se levantara contra ella.
Desde el inicio de la dictadura hubo conspiraciones que incluyeron dos guerrillas. Stroessner vivía obsesionado por descubrirlas y desbaratarlas. Pero esas tentativas no pasaban de ser sino expresiones de deseos. No obstante, se las castigaba con notable inclemencia. Se dio el caso de que la única vez que se conspiró en serio, Stroessner no lo creyó.
Flecha y Martini nos presentan a los personajes, más los hechos que protagonizaron, para llevarnos a la génesis –que fueron muchas y en distintas épocas– de un acontecimiento esperado por décadas, pero que al final se dio en unas cuantas horas.
La proeza del 2 y 3 de febrero de 1989 tuvo consecuencias inmediatas que ubicaron al Paraguay entre las naciones civilizadas. Flecha y Martini en estos temas nos demuestran lo que ya sabíamos de ellos: un vasto conocimiento de nuestra política, y nuestros políticos, más la lucidez para estudiar con acierto el nuevo tiempo que nos tocaba vivir. Un tiempo de incertidumbres, de avances, de retrocesos, de gente anclada al pasado, a la nostalgia. ¿Qué leyes derogar, cuáles crear, qué instituciones derrumbar? ¿Con qué instrumentos y personas transformar el país? ¿Hasta dónde era posible llegar? ¿Era aconsejable correr para ganar el tiempo perdido, o caminar a pasos lentos pero seguros? ¿Cómo responder de inmediato a la ansiedad ciudadana que ya lo quería todo? ¿Cómo evitar la frustración que comenzaba a manifestarse? Si la democracia es distinta a la dictadura, ¿por qué seguíamos con algunos de los flecos del stronismo? Si la democracia iba a sacarnos de los males del pasado, ¿por qué seguían esos males golpeando al país?
La respuesta a estas y otras interrogantes fue estudiada con precisión por los autores de “A treinta años del golpe”, un libro imprescindible para conocer qué ha pasado antes del golpe, en el golpe y luego del golpe.
¿Cómo estamos hoy, a treinta años de la caída de la dictadura? La contestación es fácil: vivimos en libertad, una libertad que toda una generación no la había conocida. Hoy disfrutamos de ella. ¿Que hay problemas? A montones, pero no por culpa de la democracia, como se pretende hacerla aparecer en algunos círculos políticos y sociales. Dicen los autores, en el capítulo XX: “Ese espacio de libertades se fue extendiendo y, como muy pocas veces en nuestra historia, se complementó con un extendido e irrestricto pluralismo ideológico político, facilitado por el contexto internacional posterior a la guerra fría”.
Como era de esperar de un libro como el presente, los autores le dedican un amplio espacio para analizar la participación de los partidos y movimientos políticos que se dieron luego del 3 de febrero; cuáles han sido los resultados en la consolidación del nuevo tiempo político y su proyección inmediata.
En fin, estamos frente a un libro que nos da toda la información y reflexión para saber dónde y cómo estamos.