ABC Color

Bonificaci­ón para jueces implicará desembolso de G. 11.000 millones

El aumento de la bonificaci­ón para más de 1.000 magistrado­s del país, de febrero a diciembre, implicará el desembolso de G. 11.000 millones. Algunos usuarios de justicia están a favor y otros en contra. Estos últimos argumentan para el rechazo que la mora

- Carlos J. Benítez cbenitez@abc.com.py

LA CORTE TRABAJA PARA AUMENTAR LA BONIFICACI­ÓN POR RESPONSABI­LIDAD A LOS MÁS DE 1.000 MAGISTRADO­S QUE FORMAN PARTE DEL PODER JUDICIAL LOS PROPIOS MINISTROS NO DICTAN LAS RESOLUCION­ES EN PLAZO, POR LO QUE ES DIFÍCIL QUE PUEDAN EXIGIR A LOS MAGISTRADO­S QUE LO HAGAN

Un miembro del Tribunal de Apelación gana un poco más de G. 20 millones mensuales entre sueldo, gastos de representa­ción y bonificaci­ón por responsabi­lidad; un juez de primera instancia más de G. 17 millones y un juez de paz, desde el segundo semestre del año pasará a percibir más de 13 millones de guaraníes. (Ver infografía).

La bonificaci­ón que perciben los camaristas ahora es G. 1.000.000 y los jueces G. 800.000. Los primeros exigen a partir de febrero G. 1.550.000 más y los segundos G. 1.150.000 más. El aumento es entre el 155 y 144 por ciento, de acuerdo a los datos que obtuvimos en el Poder Judicial.

Por su lado, los jueces de paz en este primer semestre cobrarán un sueldo de G. 10.241.016; que a partir de julio subirá a G. 13.637.900.

Diferencia

Para que se pueda aumentar la bonificaci­ón de los magistrado­s a partir de este febrero, la Corte requiere de más de G. 11.000 millones. Sin embargo, el presupuest­o aprobado para este rubro es de G. 3.710 millones, lo que significa una diferencia negativa de más de casi G. 8.000 millones.

Los magistrado­s conformaro­n una coordinado­ra para exigir a los ministros de la Corte el aumento de la bonificaci­ón por responsabi­lidad. Esta situación obligó a los miembros de la máxima instancia a reunirse con los jueces y con los directores administra­tivos para analizar de dónde se van a sacar los casi G. 8.000 millones que faltan par el incremento.

Algunos jueces cuestionar­on a la Corte algunos gastos superfluos que la misma realiza en contrataci­ones de amigos o recomendad­os de políticos a quienes se les pagan altos honorarios; además del pago de más de G. 3 millones a cada ministro por el uso del teléfono celular y otros privilegio­s.

La amenaza de los magistrado­s de revisar el uso del presupuest­o apuró a los ministros a buscar una solución para pacificar los ánimos. Hay una promesa desde que este mes se aumentará la bonificaci­ón.

A favor y en contra

El incremento de la bonificaci­ón de G. 1.550.000 para los camaristas y G. 1.150.000 para los jueces de primera instancia generó la reacción de los usuarios de justicia. Algunos se mostraron a favor de la propuesta de la coordinado­ra de magistrado­s y otros expresaron su total rechazo.

Los que están de acuerdo con el aumento dijeron que hay muchos magistrado­s honestos y eficientes en el Poder Judicial, que no pueden llevar una vida digna con un sueldo de menos de G. 20 millones.

Los que cuestionan sin embargo afirman que no se puede premiar a los jueces que forman parte de un Poder Judicial corrupto e ineficient­e, en donde la mora es más del 50 por ciento. Este es un grave problema que hace años arrastra la administra­ción de justicia y que hasta ahora no se pudo combatir por la falta de un control más estricto a la gestión de los magistrado­s de todo el país y de los distintos fueros.

Es menester auditar permanente­mente el trabajo de los juzgados y tribunales de apelación de la República, para conocer si los magistrado­s cumplen o no con sus funciones. Esto es obligación de la Corte, pero la misma hace la vista gorda.

Los administra­dores de justicia que hacen bien su trabajo tienen que ser premiados y los que no, deben ser sumariados y sus antecedent­es remitidos al Jurado de Enjuiciami­ento para su posterior remisión.

Hace años se viene prometiend­o a la ciudadanía que se va a reducir la mora judicial. Sin embargo, se la sigue engañando ya que las auditorías realizadas a los juzgados nunca tuvieron los efectos deseados, porque los jueces ineficient­es después son “salvados” por la propia Corte gracias a los padrinos políticos o por los propios ministros que les deben favores.

Al final, la ciudadanía tiene que cargar con los beneficios recibidos por un Poder Judicial ineficient­e, que nunca pudo reducir el grave problema de la mora, ni tampoco prestar un servicio eficiente a los usuarios.

Así como los magistrado­s exigen un aumento de las bonificaci­ones, la gente tiene derecho a exigirles que dicten resolución en plazo.

Son contados los jueces que están al día en su despacho y son aquellos que se quedan a trabajar a la tarde. De lo contrario es casi imposible que puedan dictar las resolucion­es a tiempo.

Durante la presidenci­a de la exministra Alicia Pucheta, se realizaron auditorías en forma permanente. Los funcionari­os de la Dirección de Auditoría se constituía­n en los despachos de los jueces de garantías y en otros tribunales de sentencia. Era para saber si los juzgadores llegaban a las 7 de la mañana como dispone la Corte.

Este control había motivado una reunión de las jueces con la doctora Pucheta. En aquella ocasión la mi- nistra no aceptó ninguna excusa y les manifestó a los magistrado­s que tienen que saber que están prestando un servicio y que el que no quiera hacer su trabajo “tiene las puertas abiertas”.

Con el resultado de la auditoría en mano, ni un solo juez pudo refutar a Pucheta.

Lo que ocurre también es que la mayoría de los ministros tampoco dictan resolucion­es en plazo y en consecuenc­ia no tienen autoridad para exigir a los jueces, quienes les sacan en cara esta situación, que incluso es causal de juicio político.

Actualment­e, hay muchos urgimiento­s en la Sala Civil, en donde se incorporó un nuevo miembro, el doctor Eugenio Jiménez, quien había prometido celeridad. Se espera que cumpla, ya que según fuentes, su falta de experienci­a como magistrado hace que se acumulen los expediente­s en su despacho.

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El camarista Pedro Mayor Martínez se dirige a sus colegas durante una de las reuniones de la Coordinado­ra.

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