Reparten cargos en consulados a hijas de políticos
El presidente Mario Abdo nombró a Leila Z. Afara, hija del senador Juan Afara, en el Consulado en Miami. También hizo lo propio con Carolina D’Ecclesiis en el Consulado en Río. Esta es hija del diputado D’Ecclesiis.
El jefe de Estado, Mario Abdo Benítez, continúa con el vicio de gobiernos anteriores de nombrar a amigos y correligionarios en cargos en el servicio diplomático (embajadas y consulados).
Siguiendo con el ritmo de nombramientos políticos que se iniciaron el 15 de agosto pasado, el mandatario designó a Carolina D’Ecclesiis Ferreira como oficial en el Consulado General en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil), con categoría presupuestaria D20. Es decir con un salario de 4.497 dólares americanos, sin mencionar que el Estado también le paga un subsidio por alquiler.
La hija del diputado por San Pedro, Freddy D’Ecclesiis (ANR, Añetete), retorna al consulado en “la ciudad maravillosa”, porque fue destituida en el 2017 por el entonces gobierno de Horacio Cartes.
Carolina fue nombrada en los inicios de la administración cartista, pero luego fue destituida, porque su padre, el diputado D’Ecclesiis, dejó el oficialismo y se pasó al movimiento Colorado Añetete en plena interna presidencial del 2017.
Asimismo, fue designada Leila Zahira Afara Argüello, como oficial en el Consulado en Miami, Estados Unidos de América, y coincidentemente con la categoría D20. La mujer es hija del exvicepresidente y senador Juan Afara (ANR, Añetete).
Hija de Octavio Gómez
El presidente Abdo Benítez también nombró a Belinda Noelia Gómez Cattebeke, como cónsul en la ciudad de Clorinda (Argentina) con categoría D26. De acuerdo a la planilla de salarios de la Cancillería, percibirá un salario de 4.505 dólares.
Belinda es hija del exsenador colorado oviedista Octavio Gómez. La mujer también fue concejal de Villa Hayes y exprecandidata de Añetete a la Gobernación de Presidente Hayes en las elecciones
internas del 2017.
La designación de Belinda viola el artículo 42 de la Ley Diplomática 1335/99, que señala que “la función consular está reservada a los funcionarios del Servicio Diplomático y Consular”.