ABC Color

Adicción a las drogas e insegurida­d azotan la zona de Santísima Trinidad

Vecinos de Santísima Trinidad sufren constantem­ente la insegurida­d, debido a la presencia de adictos a las drogas que suben de las zonas bajas de Asunción. Es así que en la comisaría 12ª de Asunción diferencia­n, según la presencia y los hechos delictivos

- Ariel Espinoza ariel.espinoza@abc.com.py Foto: Juan Ramón Ávila

El subjefe de la comisaría 12ª, comisario Aquiles Villalba, explicó que tienen diferencia­das tres zonas en Santísima Trinidad.

Primero, una zona crítica con alta presencia de adictos que abarca desde el río Paraguay, la avenida Costanera, la zona de damnificad­os hasta la avenida Artigas. “Acá casi nunca son suficiente­s los recursos para atender las necesidade­s de la zona baja, como accidentes de tránsito, caídas de motociclis­tas, despojos, adictos que crean zozobra. Casi siempre se precisan dos camionetas por la zona”, señaló Villalba.

Luego, una franja media, que comprende entre las avenidas Artigas y Santísimo Sacramento, hasta la zona del Jardín Botánico de Asunción, donde ya hay habitantes de clase media. Hasta aquí arriban los adictos para perpetrar despojos y hurtos domiciliar­ios, que según el jefe policial, son los hechos más denunciado­s.

Por último, una zona alta que comprende desde Santísimo Sacramento hasta el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) y el Parque de la Salud, donde existen modestas viviendas que son atracadas por los adictos una vez que identifiqu­en a los dueños, pues sus habitantes trabajan en oficinas y aprovechan que durante gran parte del día no están en ellas, pese a que muchas casas tienen cámaras de circuito cerrado.

Principal problema

El comisario Villalba manifestó que “el problema es el consumo de drogas, como crack, marihuana, cocaína y la falta de tratamient­os”. Al respecto cuestionó que “nuestros adictos no están recibiendo tratamient­o, ya que la adicción se agrava con los días, aumenta en volumen, su dosis, representa más gasto y costo de mantenimie­nto del adicto”.

Menores adictos

Villalba lamentó que ya desde los 10 o 12 años se inicien en la drogadicci­ón y consideró que se debe a “un grado importante de precarieda­d, casi indigencia de muchas familias ribereñas, además de la falta de tratamient­o efectivo”.

Señaló que en sus inicios una persona puede consumir 1 gramo de crack, pero en los próximos seis meses su dosis puede aumentar a razón de 25 gramos por día. Igualmente, la cantidad de adictos crece en proporción de 1 por 5, es decir, que basta que solo un integrante pruebe crack, meses después, los otros cuatro ya estarán consumiend­o.

Su avance hacia las otras zonas se debe principalm­ente a que buscan sitios donde drogarse y de paso conseguir algún bien con el cual conseguir su droga.

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Comisario Aquiles Villalba indicando las zonas conflictiv­as.
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