ABC Color

Lunes 18 de febrero de 2019

Fito Páez sigue más vigente y en pie que nunca. En un concierto de casi dos horas, el rosarino llevó a la gente de paseo por un repertorio con un tinte bien rockero, en el que conjugo sus temas ya clásicos y sus más recientes creaciones.

- Mavi Martínez victoria.martinez@abc.com.py

A sus 55 años y con una destacada carrera a cuestas, Fito reafirmó su genuina relación con el público paraguayo.

Unos 20 minutos luego de las 23:00,

el anfiteatro “José Asunción Flores”, de San Bernardino, hervía de ansias, y el coro “¡Fito, Fito!” no faltó. Una parte de “Ciudad de pobres corazones” introdujo a Páez, quien saltó al escenario con su pose alocada y derrochand­o energía. Inició con “La ciudad liberada”, tema que da nombre a su último disco.

“¡Bienvenido­s!”, exclamó Fito, como todo buen anfitrión y performer que es, para luego sentarse al piano eléctrico y hacer “Aleluya al sol”, también del nuevo álbum. “¡Buenas noches San Bernardino, hace un montón que no nos vemos, quiero salir totalmente entregado”!, expresó el artista quien también estaba electrific­ado. Y esa corriente llegó hasta el público que coreó luego, totalmente prendido, la balada “11 y 6”. “Excelente. Amores”, felicitó Páez.

El músico tomó la guitarra eléctrica para la bien rockera “Naturaleza sangre”, que se vio realzada por el sonido de los sintetizad­ores de Juan Absatz y la fuerza de la batería de Gastón Baremberg. En una montaña rusa de emociones e intensidad­es, llegó un momento romántico con “Tu vida mi vida”, tema del nuevo disco, donde oímos a un Fito que coquetea con un sonido de sus primeros álbumes.

Tras elogiar un cartel del público entregó “Al lado del camino” y “El amor después del amor”, donde Fito presentó a Anita Álvarez de Toledo, una gran voz, que acompañó también a Gustavo Cerati y Charly García como corista. De momentos bien intensos pasó a la intimidad, arropando al público con su piano en una hipnótica introducci­ón en solitario, para la emotiva “Un vestido y un amor”.

Páez se quedó con las teclas para entregar una transición bien espacial, donde una vez más los sintetizad­ores hicieron su parte. Justamente con imágenes del espacio sideral, Fito se paró y dirigió a sus músicos, dando paso a “Tumbas de la gloria” y “Circo beat”. Para “Brillante sobre el mic”, el cantante pidió a la gente que ilumine el cielo con las linternas de sus celulares, lo que dio a dicho tema un marco luminoso en todo sentido. Fito no dejó pasar la oportunida­d para improvisar sobre San Bernardino, el público y sus emociones, desatando así también una veta más jazzista.

Otra vez volvió a agarrar la guitarra, pero aquí llevó al frente a su bajista Diego Olivero y al guitarrist­a Juani Agüero, levantando así una poderosa pared de cuerdas al son de “Polaroid de la locura ordinaria”. Terribleme­nte buena fue la potencia de sus músicos, sobre todo de Agüero, quien dio un extenso solo totalmente entregado a su instrument­o.

“Ciudad de pobres corazones”, “A rodar mi vida” y “Mariposa tecknicolo­r” sonaron ya en la recta final, en tanto Fito agradecía una y otra vez al público por recibirlo “tan increíblem­ente, siempre”. “¡Gracias por dejarme vivir tanto tiempo en sus corazones!”, manifestó, y la gente también agradeció pero se impuso pidiendo “una más”, y así llegaron dos con “Dar es dar” y “El diablo de tu corazón”.

Así Fito se paseó a sus anchas por el escenario, haciendo del show un verdadero momento de celebració­n. Pero sin dudas que la sólida e impecable banda que lo acompañó fue también el marco esencial para hacer de este un concierto musicalmen­te memorable.

 ??  ?? Fito Páez durante el concierto ofrecido el sábado último en San Ber.
Fito Páez durante el concierto ofrecido el sábado último en San Ber.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay