ANDE no anda
La rebaja en el precio de la electricidad, que tiene media sanción del Congreso Nacional es una medida que se parece mucho a un buscar atacar un cáncer con una aspirina. Es un paliativo, pero no aborda el problema de fondo, que es el alto costo operativo de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) que la vuelve gravemente ineficiente.
La ineficiencia de la ANDE tiene su raíz en ese cáncer de corrupción que la corroe. Es como un barril sin fondo donde se dilapidan recursos en salarios, privilegios, gastos de movilidad, negocios con proveedores y contratistas. Las sobrefacturaciones con las que meten la mano en el bolsillo del usuario de a pie, el alto precio de la energía, no son sino la consecuencia de ello.
Esta empresa monopoliza un servicio vital para la ciudadanía, y hasta es razonable pensar que tanta ineficiencia manifiesta forma parte de algún plan orquestado para privatizarlo como una solución a un problema, pues la idea más extendida es que si la ANDE estuviera en manos privadas, los haraganes que pululan en la empresa estatal ya hubiesen sido despedidos, y se habrían eliminado los privilegios de los que gozan muchos directivos y acomodados políticos, y que tanta indignación genera en la ciudadanía. Con ello cobraría eficiencia, es la creencia de los usuarios, hartos del pésimo servicio, con constantes cortes y últimamente con groseras sobrefacturaciones que motivaron la realización de movilizaciones de personas sin la solvencia necesaria para poder pagar.
Si los parlamentarios realmente quieren hacer algo por la ciudadanía, deberían crear una comisión investigadora que le haga una radiografía profunda, seria y honesta a la ANDE. Tal vez descubrirían que la energía resulta mucho más barata de lo que fijaron en la propuesta aprobada esta semana.
Somos el país productor de energía eléctrica per cápita más grande del mundo, y no lo aprovechamos. Cada hogar paraguayo debería tener electricidad abundante y barata, casi gratis. La ANDE debería ser un factor de desarrollo, y no un quebrando del pueblo paraguayo. Pero, pareciera que esto a nadie importa en las esferas de administración del Estado.
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