Efraín exige acabar con los “superviáticos”
Al ser preguntado si el Paraguay debería emular el ejemplo del Brasil, donde comenzaron a recortar gastos en Itaipú, el presidente del PLRA, Efraín Alegre respondió: “Sí, absolutamente. Hay investigaciones que se han hecho en las que se cuestionan severamente los gastos en que incurren en Itaipú, lado paraguayo, en concepto de viáticos, por ejemplo”.
Indicó que el permanente traslado de funcionarios desde Asunción a Hernandarias, idas y venidas, “pareciera una fiesta”, y que el costo que ello representa para Itaipú y para el Paraguay es muy elevado, porque se trata de “súper viáticos” que normalmente no se cobran en la función pública.
Añadió que esos viáticos no solo son cobrados por el director o los jefes de reparticiones, sino por los funcionarios. Lamentó que todo ese gasto represente “sumas multimillonarias” para la entidad, que en abril, solo en concepto de viáticos, concedió unos US$ 300.000.
“Demás está hablar de la cantidad de funcionarios, que a sus enormes salarios se agregan esos gastos innecesarios de traslados. Deberían instalarse en donde tienen que estar y en la cantidad necesaria”, dijo.
Alegre señaló asimismo que dicho tema se ha convertido en “un negocio” de la gente que solo busca encontrar motivos para viajar. “Desde luego, como se trata de salarios extraordinarios y como no existen los controles adecuados, entonces se convierte en una gran fiesta. Lamentablemente en las entidades binacionales las cosas continúan igual como hace 30 años”, añadió.
Al señalársele que también hay gastos muchos más grandes que tampoco se estarían controlando, y en ambas márgenes, manifestó: “Absolutamente. Aparte de lo antipático para todos ver los salarios multimillonarios de privilegio y los beneficios que tienen los funcionarios de Itaipú y Yacyretá, y encima de eso se exceden en los gastos, se mal utilizan los recursos de estas entidades”.
Sobre el punto, indicó que en el proyecto de reducción de la tarifa de la ANDE expresa “con mucha claridad” que tenemos que suprimir los gastos innecesarios, fantasmas y de campañas políticas, y que los fondos deben ser destinados a la reducción de las tarifas, sin subsidiar “absolutamente a nadie”, sino utilizando mejor esos recursos.