Reactivación o recesión
Los precios de nuestras principales exportaciones se han derrumbado en los mercados mundiales y nada podemos hacer al respecto, el clima redujo el volumen de nuestras principales exportaciones y poco podemos hacer al respecto, Argentina y Brasil no pueden salir de sus respectivas crisis y nada podemos hacer al respecto.
En síntesis, los principales factores externos que impactan sobre nuestra prosperidad económica la están afectando negativamente y está fuera de nuestro alcance modificarlos.
Lo que está a nuestro alcance, y lo que es responsabilidad del gobierno, es generar elementos internos que funcionen como contrapeso y equilibrante de dichos factores externos y estos elementos son harto conocidos, pero hay que tener liderazgo para impulsarlos.
La economía paraguaya, y cualquier economía nacional del mundo, es motorizada por la demanda de los bienes y servicios que produce. A mayor demanda, mayor crecimiento, más trabajo, más prosperidad.
Cuando la demanda externa cae se torna imperativo incentivar la demanda interna. Eso está dentro de nuestro control.
La demanda interna puede incentivarse, artificialmente, imprimiendo dinero sin respaldo para ponerlo en los bolsillos de la gente. El problema de este camino es que produce inflación y, a corto plazo, reduce el poder adquisitivo interno y, por tanto, termina reduciendo la demanda. El primer gobierno de Alan García hizo esto, en Perú, con resultados catastróficos.
Las maneras sanas, reales, de poner dinero con valor en los bolsillos de la gente para incentivar la demanda interna son bajar los impuestos y bajar las tasas de interés del crédito, refinanciar las deudas, y desarrollar programas masivos de obras públicas productivas (rutas, redes de energía, puentes, redes de comunicación, pero no, nunca, contratar gente en el Estado).
Lo está haciendo China ahora, sometida, en una escala enormemente mayor, a presiones externas parecidas a las que sufrimos nosotros. Lo está haciendo Donald Trump con resonante suceso en Estados Unidos. Y lo hizo Ronald Reagan.
Bajar los impuestos deja el dinero en los bolsillos de los consumidores y de los agentes económicos y este dinero se convierte en demanda interna. La demanda interna creciente, motoriza la economía hasta que los factores externos vuelvan a la normalidad.
Esto está tan probado que es muy notable el hecho de que nuestro gobierno haya decidido andar el camino contrario, agravando, con su impuestazo, las desfavorables condiciones externas.
Lo que el gobierno logrará con su impuestazo es convertir la ralentización de nuestra economía en una recesión pura y dura.
El gobierno debe cambiar de rumbo ya, y radicalmente. No hay nada malo en eso. Lo hizo Francois Mitterrand en Francia. Debe retirar su proyecto de impuestazo, debe sostener el poder adquisitivo del guaraní, debe bajar las tasas de interés, debe alentar el refinanciamiento de las deudas y debe ejecutar obras públicas mejor de lo que ha hecho hasta ahora. Si no lo hace, es posible que en diciembre estemos en recesión.