Crece desconfianza en el poder electoral de Bolivia
Opositores bolivianos y grupos ciudadanos contrarios a la reelección del presidente Evo Morales, exigen la renuncia de miembros del Tribunal Electoral por falta de “credibilidad” de cara a los comicios generales de octubre próximo. Pese a la negativa constitucional, Evo buscará un cuarto mandato.
LA PAZ (EFE). Los representantes de comités cívicos, partidos políticos de oposición y entidades ciudadanas cuestionaron la “falta de credibilidad, independencia, transparencia e imparcialidad” del órgano electoral, según señala un pronunciamiento emitido al concluir una reunión celebrada en la ciudad oriental de Santa Cruz.
Ante esto, demandaron que los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) renuncien como máximo hasta el próximo 31 de mayo, “caso contrario se iniciarán las movilizaciones y presiones a nivel nacional”, indica la nota.
También exigieron “la in- mediata renovación” de estos cargos a través del nombramiento en el Legislativo de “hombres y mujeres de reconocida trayectoria personal y credibilidad ciudadana”, que sean preseleccionados mediante un acuerdo entre el Gobierno y los sectores reunidos en esta jornada en Santa Cruz.
El pronunciamiento está firmado por representes cívicos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, del Comité Nacional de Defensa para la Democracia y de organizaciones políticas como Bolivia Dice No, Unidad Nacional, el Movimiento Nacionalista Revolucionario y el Partido Demócrata Cristiano, entre otras.
Las fuerzas opositoras han criticado de forma reiterada al órgano electoral, al que acusan de actuar en función de los intereses del partido
de Evo Morales, algo que han negado ese organismo y el oficialismo.
En los comicios de octubre, Morales aspirará a la Presidencia en busca de un cuarto mandato hasta 2025
frente a otras ocho candidaturas de opositores.
La oposición coincide en rechazar la candidatura de Morales, pero no ha logrado ponerse de acuerdo para presentar un candidato único para enfrentarle en los comicios.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, desató una polémica al afirmar en una visita a Bolivia la semana pasada que “sería absolutamente discriminatorio” que Morales no pudiera presentarse a los comicios.
El discurso recurrente de Morales es que su país es el que más crece en Sudamérica.
Sin embargo, según la oposición, la economía boliviana aún depende de la venta de sus materias primas al exterior y no termina de dar el salto hacia la industrialización de los recursos naturales prometida por Morales en la campaña de 2005 que le llevó al poder.