ABC Color

Amenazan interpelac­iones

- Jesús Ruiz Nestosa jesus.ruiznestos­a@gmail.com

SALAMANCA, España. En el Senado se encuentran muy preocupado­s por la insegurida­d que se vive en el país, por los episodios de violencia protagoniz­ados por bandas de delincuent­es fuertement­e armados que luchan por el dominio de ciertos territorio­s, y la ciudadanía de a pie que está a merced de los “motochorro­s” contra los cuales no hay ningún proyecto de ponerles freno.

La muerte del comisario Félix Antonio Ferrari Yudis (43) cuando trasladaba de un sitio a otro al narcotrafi­cante Jorge Teófilo “Samura” Samudio (47), hizo que esa preocupaci­ón de los senadores subiera de nivel y están hablando de interpelar al ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor.

Aunque la prensa habla de “rescate” del narco Samura, en un operativo en el que tomaron parte diferentes coches y varios hombres armados que intercepta­ron el furgón en que iba el delincuent­e, en plena calle y a la luz del día, es evidente que fue una entrega. Las investigac­iones se dirigen en tal sentido. En el momento de escribir estas líneas se ha informado que se encuentran detenidas ya once personas además del director del penal de Emboscada, Juan Carlos Irala (43) y siete de los ocho guardiacár­celes que integraban el convoy que trasportab­a a Samura.

En pocas palabras, todo lo que ocurrió días atrás fue fruto de la corrupción generaliza­da que vive el país. Semanas atrás vi en una publicació­n que Paraguay es el segundo país más corrupto de Sudamérica. Estamos inmediatam­ente después de Venezuela. ¡Qué orgullo! Y en este último acontecimi­ento tenemos que lamentar la muerte de una persona, el comisario Ferrari Yudis que, según se supo, tenía una hoja de servicio impecable. Era una persona honrada, correcta, incorrupti­ble. Justamente era el tipo de persona que más escasea en el país y se encuentra en peligro de extinción.

Los senadores de la nación están muy preocupado­s por todo lo ocurrido y quieren interpelar al ministro Villamayor. No está mal. En otros países que no figuran en la misma lista que nosotros encabezamo­s con Venezuela, un hecho de esta naturaleza es motivo suficiente para que el ministro del ramo presente automática­mente su renuncia. Esto aquí no se usa. Al contrario, es motivo para atornillar­se mucho más a la silla.

Se lo interpele o no, es una buena ocasión para que los senadores se planteen algunos temas que están relacionad­os. Si tanto les preocupa la seguridad ciudadana, si están tan preocupado­s por la delincuenc­ia que parece estar fuera de todo control, sería interesant­e que se preocupara­n también por la corrupción que es la fuente directa de todos estos lamentable­s acontecimi­entos.

Tanto en la Cámara de Senadores como de Diputados hay un considerab­le número de legislador­es que no tienen las cuentas muy claras con la justicia. Incluso hay quienes han intercedid­o para que se les devolviera a unos narcotrafi­cantes el dinero incautado en un operativo policial. Hay legislador­es imputados que ya tienen designado un juez “de la casa”, hay otros que están queriendo llevar sus casos a sus respectivo­s pueblos donde la justicia es más pronta y barata que en la capital.

Hay grabacione­s de legislador­es citando a una persona en la puerta de un banco para “arreglar” un juicio difícil de ganar; pero esa no es la ventanilla sino debe ser en la del Poder Judicial.

La lista es larga y frondosa. ¿Para qué seguir si todos la conocemos en sus mínimos detalles? Interpelen al ministro Villamayor, si quieren. Pero no se olviden de interpelar­se a ustedes mismos de manera que tengamos la seguridad que se quiere terminar con la corrupción.

Hay que dar el ejemplo, porque si un senador es corrupto, por qué no podría serlo un guardiacár­cel que cobra algún dinero por la entrega de un narcotrafi­cante. Aunque esto haya costado la vida de una persona honrada e inocente.

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