Cura insta a ayudar a poner un alto a los feminicidios
El párroco de la Medalla Milagrosa, presbítero Lucio Arana, instó a los feligreses de la Virgen de la Medalla Milagrosa a unirse desde el lugar que les toque para poner freno a los feminicidios y a la violencia intrafamiliar.
FERNANDO DE LA MORA (Antonia Delvalle C., corresponsal). El párroco de la Medalla Milagrosa, presbítero Lucio Arana, celebró ayer la primera misa de las tres programadas por el día de la protectora espiritual del distrito, la Virgen de la Medalla Milagrosa. La capilla se vio repleta de devotos de la advocación mariana.
El cura invitó a unirse desde el ámbito en el que a cada uno le toque interactuar para poner freno a los feminicidios que ya suman más de 40 casos este año y a la violencia intrafamiliar con más de 5.000 denuncias registrados en nuestro país. Afirmó que una de las formas de ayudar a poner fin a ambas “epidemias” sociales es la educación con amor, que es la base de la familia.
Añadió que el Estado tiene también responsabilidad en ello, así como en la ola de asaltos.
El sacerdote reflexionó sobre el tema: “María, la que nos dio a todos el fruto bendito de su vientre”. En su prédica lamentó que se esté acabando con la vida de mujeres, muchas de ellas madres que dejan huérfanos a sus hijos, y en muchos casos desamparados.
Acotó que tanta violencia es reflejo del vacío existencial, de codicia, de desprecio a la vida humana, de uno mismo, y a la falta de educación que debe ser hecha con amor.
Resaltó que la Iglesia debe ayudar brindando apoyo y que el Estado no puede desconocer su gran responsabilidad en crear las condiciones para mejorar en el ámbito educativo y en la atención a las víctimas. Señaló que la tarea es estar del lado del débil, pero no simplemente para sostenerlo, para darle apoyo moral, sino para ayudar a dignificarlo, a que se valore y proteja su vida.
Dignificar
Afirmó que las enseñanzas de Jesucristo apuntan justamente a dignificar al ser humano y que María, su madre, representada en esta fiesta patronal en la Virgen de la Medalla Milagrosa, enseña a valorar a la mujer que, como María, siempre es ejemplo de entrega y nunca abandona. Instó a nunca dejar de lado la parte afectiva en la familia porque no se le puede formar como una máquina al ser humano.