Caen dos hermanos y admiten haber masacrado con machete a electricista
Dos hermanos, de 19 y 20 años, respectivamente, fueron apresados ayer en una espectacular operación policial en una villa hule de San Lorenzo. Ambos reconocieron haber masacrado con un machete a un electricista en Capiatá.
Los detenidos fueron identificados como Cristian Velázquez Segovia, de 20 años, y Jorge Alberto Velázquez Segovia, de 19. Este último registra una orden de remisión directa a la cárcel por tráfico de drogas.
Los dos hermanos cayeron en una intervención encabezada por policías de la oficina de Investigaciones del departamento Central, apoyada por agentes de la comisaría 1ª de San Lorenzo e, increíblemente, también por los propios vecinos que se unieron a la captura.
Cristian y Jorge fueron localizados en una precaria vivienda de una tía, en una villa hule en la zona del depósito de la Fiscalía que funciona sobre la avenida Avelino Martínez de San Lorenzo.
Los agentes de Investigaciones efectuaron un trabajo de inteligencia durante los últimos tres días para localizar a los sospechosos, periodo en el cual incluso tuvieron que hacerse pasar por adictos interesados en conseguir drogas y entraron a la zona vestidos como marginales.
Sin embargo, fue vital la ayuda de los pobladores, que no querían tener entre ellos a dos criminales. Los hermanos Velázquez Segovia fueron detenidos tras una corrida generalizada en una zona de esterales y basural. Durante el operativo, incluso hubo disparos intimidatorios.
Tras ser reducidos, Cristian reconoció haber sido el autor de los machetazos que segaron la vida del electricista Cirilo Quiñónez Arias, de 50 años, cuyo cuer
po fue encontrado el lunes 6 de enero pasado en la modesta casa donde vivía solo en las inmediaciones del estadio del club Deportivo Capiatá. Jorge, entre tanto, fue el que sujetó a la víctima mientras su hermano le agredía y también el que dejó tenebrosos mensajes escritos en un cuaderno y en la pared con la propia sangre de la víctima.
El comisario principal Rubén Paredes dijo que los dos detenidos mencionaron que se sentían felices por haber matado al electricista, al que apodaban Ultra Bigote, porque supuestamente ese último violó a una niña del barrio y cometía constantes robos. Tan abiertos se mostraron los dos hermanos tras su captura, que enseñaron incluso el lugar en el que habían tirado el arma homicida, aunque ella ya no fue ubicada porque algún vecino la habrá recogido.