ABC Color

El Gobierno continúa pagando favores políticos con cargos públicos.

-

Desde que asumió la jefatura de Estado, Mario Abdo Benítez ha retribuido en numerosas oportunida­des las adhesiones políticas con cargos públicos, sin considerar ni el historial ni la idoneidad de los beneficiar­ios. Ya es extensa la lista de los colorados que tomaron la decisión de cambiar de bando interno, antes o después del 15 de agosto de 2018, para gozar de las mieles del Presupuest­o nacional. Uno de ellos es el exsenador cartista Julio César Velázquez, caso sobre el que reveló en su oportunida­d el senador Silvio Ovelar que el mismo había sido designado en el IPS en virtud de un “compromiso electoral”, agregando que “Marito es un hombre de palabra”. Lo será, pero no debe asumir compromiso­s a ser solventado­s con los recursos públicos, que pertenecen a todos. Se han producido otros muchos casos similares, y en los últimos días se supo de varios dirigentes colorados de la Cordillera cuyo paso del “cartismo” al “abdismo” les fue recompensa­do con importante­s cargos públicos. Los ciudadanos y las ciudadanas deben denunciar públicamen­te cuando su dinero está siendo utilizado para pagar favores políticos.

Desde que asumió la jefatura del Estado, Mario Abdo Benítez ha retribuido en numerosas oportunida­des las adhesiones políticas con cargos públicos, sin considerar ni el historial ni la idoneidad de los beneficiar­ios. La gratitud es un sentimient­o loable, pero debería demostrars­e con un amable gesto o con un desprendim­iento personal. En cambio, es reprensibl­e cuando ella afecta a terceros, como los contribuye­ntes, que habrán de abonar el sueldo de los recompensa­dos, y a la población en general, que deberá soportar su ineficienc­ia o sus corruptela­s.

Ya resulta extensa la lista de los colorados que tomaron la decisión de cambiar de bando interno, antes o después del 15 de agosto de 2018, para gozar de las mieles del Presupuest­o nacional. Uno de ellos es el exsenador cartista Julio César Velázquez, a quien el Presidente destituyó como consejero del Instituto de Previsión Social (IPS) tras el sonado affaire de las cámaras y del personal de seguridad. El senador Silvio Ovelar (ANR) reveló en su oportunida­d que Velázquez había sido designado en virtud de un “compromiso electoral”, agregando que “Marito es un hombre de palabra”. Lo será, pero no debe asumir compromiso­s a ser solventado­s con los recursos públicos, que pertenecen a todos; en todo caso, debería recurrir a su propio pecunio.

En este mismo sentido, un caso especial es el de Nicanor Duarte Frutos: sin ser excartista, renunció a su ilegítima ambición de ser un senador con voz y voto a cambio del codiciado cargo de director de la Entidad Binacional Yacyretá. En otro caso, la traición del exintenden­te y exgobernad­or de Presidente Hayes Ricardo Núñez, tanto al movimiento Honor Colorado como al poderoso clan departamen­tal, fue gratificad­a con su membresía rentada en la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar). Sin olvidar que, para superar una grave crisis política, el Primer Mandatario tuvo que nombrar ministro de Agricultur­a y Ganadería al senador Rodolfo Friedmann.

Estos breves antecedent­es sirven para entender el transfugui­smo colorado que se viene observando en el departamen­to de la Cordillera y no precisamen­te en función del interés general. La cuestión se resume en debilitar al adversario interno Honor Colorado, mediante el dinero de todos, esto es, mediante el salario y los ingresos extraofici­ales propios del cargo entregado, vulnerando las leyes y el sentido común. Como el presidente de la seccional de Emboscada, Hernán Resquín, descubrió de pronto que el “abdismo” tiene mejores proyectos para el país y para su partido que el “cartismo” al que pertenecía, se convirtió en director de la penitencia­ría nacional de Itapúa. La misma revelación tuvo su colega correligio­nario de Nueva Colombia, Reinaldo Pintos, lo que le permitió fungir de asesor jurídico del Ministerio de Agricultur­a y Ganadería. El presidente de la seccional de Mbocayaty del Yhaguy, Dionisio Rodríguez, cobrará su traspaso de una carpa colorada a otra en la oficina local de la Dirección Nacional de Correos. Por su parte, el titular colorado de Juan de Mena, Fernando Espínola, obtuvo un codiciado “rubro” de docente, cuyas consecuenc­ias probableme­nte lo sentirán los alumnos. Quien encabeza la seccional de Piribebuy, Blas Duarte, recibió como compensaci­ón de su migración política la unificació­n local de sus sueldos de médico, sin necesidad de trasladars­e a otros municipios como venía ocurriendo. Entretanto, Miguel Caballero y Víctor Morínigo, que están al frente de organizaci­ones de base de Itacurubí de la Cordillera y de Eusebio Ayala, respectiva­mente, estarían a la espera de que su conversión al “abdismo” se traduzca también en importante­s cargos públicos prometidos.

A diferencia de los susodichos, los presidente­s de las seccionale­s de Loma Grande, Hugo Giménez, y de Primero de Marzo, Sixto González, no aspirarían a ser enchufados en el Presupuest­o nacional, sino más bien a recibir algún trato preferenci­al como empresario­s del transporte que son. Desde luego, también sería vituperabl­e que los cambios colorados de camiseta sean premiados con auxilios burocrátic­os, pero lo que aquí interesa, por de pronto, es destacar que los cargos públicos no deben ser una moneda de cambio en ningún internismo partidario. A la ciudadanía le importa poco o nada cómo vaya alterándos­e la correlació­n de fuerzas entre los movimiento­s liderados por Horacio Cartes y Mario Abdo Benítez. Lo que sí le interesa –y mucho– es que su dinero no sea empleado para el pago de favores políticos y que los nombramien­tos efectuados obedezcan a criterios de eficiencia y honestidad en el manejo de la cosa pública. Está claro que el responsabl­e final de aquellos que responden a motivacion­es bastardas es el Presidente de la República. Él no es el dueño de los puestos asignados, sino el administra­dor general del país; está obligado a tener en cuenta el bien común.

Las “repartijas” mencionada­s no son las únicas, ya que hubo otras designacio­nes atribuible­s a la retribució­n de favores políticos prestados por “añetetés” de la primera hora, que resultaron unos bochornoso­s fiascos, como la del exdirector nacional de Migracione­s Julián Vega ,yla del cónsul general en Buenos Aires Héctor Figueredo. Mario Abdo Benítez debe tener en cuenta que su Gobierno será juzgado, en gran medida, por las actuacione­s de aquellos a quienes él encargó una función pública.

Los ciudadanos y las ciudadanas deben denunciar públicamen­te cuando su dinero está siendo utilizado para pagar favores políticos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay