Trazabilidad
A principios de este mes, la senadora
(PDP) remarcaba lo que hace rato se viene sosteniendo: que el actual sistema de financiamiento de campañas políticas se presta a la extorsión posterior por parte de los aportantes privados. Lo que dice no nos resulta nuevo ni extraño. Si la política en nuestros días y en nuestro medio está tan ligada con las palabras narco, corrupción, prebenda y robo, por qué no lo estaría a la extorsión...
Sin embargo, Masi se queda corta cuando habla solamente de posibles “extorsiones privadas”; eventualmente, esta podría provenir (y proviene) de otros sectores también.
La reciente “grieta” dentro del partido P-Mas nos mostró que cuando hay plata de por medio y sin rendirla claramente, es todo muy lindo, democrático y participativo hasta que uno de los correlí ya no tiene la capacidad de influenciar-coaccionar a quienes ocupan los curules conseguidos con la gestión del mi$mo.
Más detalles, remitirse a la bautizada “Operación Masacre” que sacó de su silla del Bloque A de la calle Mariscal López al entonces intendente
Este a su vez denunció que supuestamente lo tuvo bajo a menaza por el término de casi dos años con el “chake” de revelar que logró el puesto de lord mayor asunceno con plata de
El caso no es el único, pero es el que está en el tapete en este momento. Sorprende la telenovela porque esta vez no son ni liberales ni colorados los protagonistas del culebrón. Lo que está sucediendo nos habla de la urgente necesidad de cambiar la ley de financiamiento político.
Solo así lograremos la tan mentada transparencia de la que todos hablan pero que nadie la ve. Lo que sí se ven son los cada vez más catastróficos números que