Primera muerte fuera de China por coronavirus
La primera muerte fuera de China por nuevo coronavirus, en Filipinas, reavivó el temor a la propagación de la epidemia, que ya causó así 362 fallecimientos en total. Surgen sospechas de que el régimen chino prefirió la “estabilidad política” antes que alertar sobre el raro virus.
PEKÍN (AFP). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Filipinas anunció ayer el fallecimiento en Manila de un hombre chino de 44 años oriundo de Wuhan, epicentro de la epidemia.
Esto sucedió mientras numerosos países cierran sus fronteras a las personas procedentes de China Popular.
Al nuevo coronavirus se lo conoce de momento como 2019-nCoV y es transmisible entre humanos.
Ante la propagación imparable de este nuevo coronavirus, numerosos países, entre ellos Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Irak e Israel, cerraron sus fronteras al ingreso de viajeros provenientes de China en una desesperada tentativa de limitar su exposición a la epidemia.
El virus ya ha alcanzado a más de una veintena de países, incluyendo España, el Reino Unido, Alemania, Rusia y Suecia. África y América Latina de momento están exentas.
En América Latina los gobiernos de Guatemala y El Salvador ya suspendieron el ingreso a su territorio a personas procedentes de China.
La muerte en Filipinas fue anunciada justo después de que Manila decretara el cese inmediato de la entrada de todos los extranjeros desde el gigante asiático.
En paralelo, continuaban las operaciones de repatriación de los extranjeros desde suelo chino.
En China Popular, según el último balance de hoy, lunes, el número de muertos asciende a 361, 41 de ellas en las últimas 24 horas. Con el caso de Filipinas la cantidad de víctimas fatales es de
362. El número de contagios confirmados subió a 17.205.
Estas cifras de contagio superan a las de la epidemia del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), que mató a 774 personas, sobre todo en China y Hong Kong, entre 2002 y 2003.
Para intentar frenar la propagación del virus, desde el 23 de enero, unos 60 millones de habitantes están confinados.
Según un artículo publicado por el periódico estadounidense The Washington Post y reproducido por el argentino La Nación, “las autoridades chinas se ocuparon más de ocultar y desestimar el virus que de la prevención”.
Agrega que funcionarios chinos de salud anunciaron la primera muerte por el virus el 11 de enero.
Desde la aparición de la enfermedad, en China “los profesionales médicos que intentaron hacer sonar la alarma fueron arrestados por la policía, mientras los medios de comunicación estatales no hicieron mención del brote durante semanas. Y los cuadros militares se concentraban en mantener la estabilidad mientras la crisis empeoraba”, refiere dicha publicación.
Entre tanto, las autoridades de Wuhan decían: “La policía llama a todos los internautas a no fabricar rumores, ni propagarlos, ni creer en ellos”.
Las ocho personas detenidas ese día eran médicos, incluido Li, el oftalmólogo de Wuhan.