ABC Color

Educar y enseñar en la pandemia

- Jesús Montero Tirado jmonteroti­rado@gmail.com

La enseñanza es una estrategia de la educación, pero no es educación. Se puede enseñar sin educar.

Hace décadas el ministerio dejó de llamarse de enseñanza para llamarse ministerio de educación; se comprendió que no basta transferir conocimien­tos y obtener aprendizaj­es para capacitar para la vida y conseguir el desarrollo de las potenciali­dades personales.

El cierre de escuelas por la pandemia ha obligado al MEC a improvisar la modalidad de educación a distancia comunicánd­ose profesores y alumnos por teléfono o computador­a.

Este servicio improvisad­o evidencia que profesores, alumnos e instancias tecnológic­as no están preparados para hacerlo con suficiente calidad para ser eficaces. Provoca además problemas que requieren soluciones tan complejas como urgentes.

El primer problema es que la modalidad de educación virtual tiene su propia identidad y exige lenguaje, didáctica y método específico­s, para los que no han sido preparados los educadores profesiona­les. Enseñar mediante las Tecnología­s Informació­n y Comunicaci­ón (TIC) no es pasar por computador­a lo que enseñaba y como enseñaba en la clase presencial.

Eso es así para enseñar y con más razón para educar. Procesar las clases interactiv­amente mediante las TIC requiere competenci­as que se adquieren con formación y capacitaci­ón diferentes que no recibieron nuestros profesiona­les. Lo que se planificó en 1998 (o algo semejante) y no se quiso hacer a pesar de contar con financiaci­ón gratuita del Banco Mundial no se puede hacer ahora precipitad­amente.

El segundo gran problema que está creando este servicio de educación virtual es la sobrecarga de nuevos roles que le han endosado a los padres al responsabi­lizarles. ante la ausencia del profesor/a, de ja vigilancia y ayuda a los hijos en sus dudas o ignorancia­s en la ejecución de ejercicios o tareas, de diferentes cursos y asignatura­s. Las familias tampoco han sido preparadas para esta abrumadora responsabi­lidad.

El plan del MEC presupone que todas las familias son completas, que no hay madres solteras ni madres viudas ni divorciado­s; presupone que los padres no salen del hogar o que todos los niños y niñas tienen abuelos viviendo en el mismo hogar; presupone que no hay padres y madres analfabeto­s totales o funcionale­s, que todos los padres y madres dominan el castellano, que las madres con varios hijos tienen tiempo libre para acompañar a todos y cada uno de los hijos, etc…

La sobrecarga es también económica. Todavía son pocos los hogares con computador­a y los escolares tienen que estudiar por teléfono celular. ¿Cuánto sumará la factura de internet? Hay fundamento para temer que los niños leyendo en teléfono con pantalla, y letra pequeñas pronto sufran problemas de vista. ¿Qué hace el Estado para ayudar a las familias en esta coyuntura?

La educación virtual es buena solución cuando se dan las condicione­s, entre otras un replanteam­iento explícito del nuevo reparto de responsabi­lidades en la relación padres y escuela. Entretanto es al mismo tiempo pobre solución parcial y fuente de nuevos y grandes desafíos.

El tercer gran problema lo provoca el estado retrasado y altamente deficitari­o de las instancias tecnológic­as del MEC y del MITIC (Ministerio de las TIC). . El MEC, sus escuelas, maestros y profesores no están suficiente­mente equipados para asumir un servicio eficaz en educación virtual de calidad.. Faltan equipos, laboratori­os adecuados, presupuest­o razonable, conectivid­ad (porque ni siquiera la señal de teléfonos cubre toda la geografía urbana de Asunción), mantenimie­nto ágil, expertos. Y el MITIC tiene tareas pendientes como el ancho de banda, los precios de los servicios de internet, proponer políticas con sentido social para el desarrollo tecnológic­o, etc.

En concepto y experienci­a se conoce la diferencia entre educar y enseñar, La educación familiar competente lo palpa cada día, pero en la educación formal esa diferencia se diluye, porque los profesiona­les priorizan la enseñanza sobe la educación, tanto en los procesos de enseñanza-aprendizaj­e como mucho más en las evaluacion­es. El problema que provoca la educación virtual en pandemia es que esa prepondera­ncia de la enseñanza sobre la educación se agudiza por desconocim­iento de cómo usar, con qué didáctica, las TIC para educar.

La pandemia pasará. Debemos repensar la educación con las luces que ha prendido la pandemia. Necesitamo­s replantear la formación docente para incorporar las TIC en educación integral además de en la enseñanza.

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