Paraguayo, dueño de una startup, regresó del Brasil por miedo
“Me escapé del problema porque veía que se venía complicada la cosa, especialmente en el Estado en el que estaba viviendo”, cuenta Diego García, quien reside en la capital del Estado de Ceará, en el noreste de Brasil, hace 2 años y 6 meses.
Él, junto otros 155 compatriotas, llegaron al país en el primer grupo que entró por Ciudad del Este luego del cierre de los aeropuertos, específicamente el 28 de marzo pasado. “Como no se estaba tomando ninguna medida (en Brasil), y supuse que más adelante no iba a poder entrar al Paraguay, decidí venir”, comenta.
García estudió en Paraguay la carrera de administración de empresas y hace unos años recibió la invitación en Brasil para invertir allá. Luego, sumaron más socios y abrieron una empresa, de la que tiempo después se independizó y creó su propia startup.
“Llegué con el primer grupo que entró después de que se cerró el aeropuerto. Me cancelaron el vuelo a Asunción, así que tuve que remarcar para Foz de Yguazú y de ahí me fui al Consulado, que me envió a un hotel, hasta el 28 de marzo, que nos hicieron cruzar hasta Ciudad del Este”, recordó.
A ese grupo de 155 personas los enviaron a un albergue en la casa de retiro San Antonio de Padua, donde permanecieron por 18 días. “En teoría iban a ser 15 días, pero en el día 13 nos hicieron los test que supuestamente demorarían un día y al final tardó más. Le avisaban a todo el país, menos a nosotros, sobre nuestro estado de salud. Eso sigue pasando. Todos saben cómo está la gente de adentro, menos lo que están adentro”, criticó.
Asimismo, se quejó de que cuando les entregaron los resultados, este fue apenas una nota comunitaria firmada por un encargado de salud, diciendo que todos dieron negativo al test. “En el albergue estábamos gente de todos los niveles económicos. Había gente que venía desesperada porque perdió el empleo y retornaba para refugiarse donde está su familia”, manifestó.
García planea quedarse hasta setiembre próximo, porque cuenta que en la ciudad donde estaba viviendo la situación está muy complicada. “El 98% de los casos del Estado está en Fortaleza y el índice de letalidad está en 7%”, reconoce.
Mientras él está en Paraguay, su empresa, que se dedica a la venta de bonos de sepelio corporativos, sigue operando en el vecino país.
Diego García (35) es de Asunción, pero hace dos años y medio reside en Fortaleza, Brasil, donde fundó una startup o empresa emergente digital que innova en el rubro funerario. No obstante, decidió retornar al Paraguay porque la situación de la pandemia se puso complicada en el Brasil.