La sequía se anticipó cinco meses en el Chaco
FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). La sequía se anticipó cinco meses en gran parte del territorio chaqueño, ya que es típico que se presente en la temporada de invierno. Es decir, las lluvias usualmente comienzan a inicio del año y continúan hasta mayo o junio.
En general, en toda la Región Occidental llovió en forma esporádica y en volúmenes mínimos. La sequía en realidad ya se inició entre noviembre y diciembre del año 2019 con insuficientes precipitaciones y se prolongó hasta ahora.
Ya antes del inicio de la cuarentena por el coronavirus, en los diversos sectores ya se sentía un fuerte impacto de la falta de lluvias. A esa difícil situación se sumó el paro de las actividades económicas y baja de precios de la carne por la crisis sanitaria generada por el covid-19.
En los últimos meses, ganaderos trasladaron más de 300.000 animales a lugares donde existen mejores condiciones en cuanto a campo de pastura y reserva de agua. Otros tratan de vender parte o gran parte de la hacienda a pesar de los bajos precios.
El problema principal es la escasez o falta de forraje, mientras los tajamares van secándose. Existe una intensa compra de fardos de heno, que últimamente vienen del Bajo Chaco o de la Región Oriental. Por un fardo de 300 kilos pagan G. 200.000 en piso, según los datos.
La sequía también causa la merma de la provisión de agua potable, ya que las fuentes en el Chaco dependen de las lluvias. Se ha intensificado el transporte del vital líquido de tajamares de infiltración, cuyos lechos subterráneos aún tienen buena agua dulce o no se salinizaron todavía, según explicaron ganaderos.
Estos transportes son caros; en Filadelfia, por ejemplo, pagan G. 40 por litro de agua. Calculando un consumo de 120 litros por persona en un día en el Chaco, una familia de cinco personas puede llegar a pagar hasta G. 700.000 mensuales.
Los indígenas reciben el agua en forma gratuita. El promocionado acueducto del Ministerio
de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y las famosas desalinizadoras de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) no funcionan.
Muchos pobladores confían en que se registrarán lluvias tardías grandes antes del inicio del invierno. Recuerdan que hubo años de buenas precipitaciones en junio y julio.
En todo este escenario dominado por la sequía, el coronavirus pasa a segundo plano en el Chaco.