Un sector de San Ber se opone a intervención en el lago
Los trabajos de limpieza para la colocación de geobolsas en la embocadura del río Salado comenzaron ayer a orillas del lago Ypacaraí. Por otro lado, un grupo de pobladores encabezado por el concejal de San Bernardino Pedro Carballo (PLRA) manifestó su oposición al proyecto porque, según dijo, tendrá consecuencias devastadoras para el ecosistema.
SAN BERNARDINO, Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra Redacción
regional). La Comisión de Gestión y Manejo del Lago Ypacaraí y su Cuenca (Conalaypa) comenzó ayer los trabajos de limpieza en los alrededores del sitio antes de la colocación de la barrera de geobolsas. Con la tarea, que tendría efecto paliativo, buscan regular el paso del caudal del lago hacia el río Salado.
El objetivo es detener de esa forma la bajante histórica que sufre el Ypacaraí desde el año pasado. La obra será realizada por un grupo de empresarios del sector vial y voluntarios encabezados por la constructora Ocho A SA, representada por Luis Pettengill.
El dique de geobolsas se instalará a unos 600 metros del muro de piedras conocido como Meyer en la zona de los humedales del Salado y en la cercanía de la playa Candú de la compañía Ciervo Cua de San Bernardino.
El concejal municipal Pedro Carballo (PLRA), tras enterarse del inicio de las tareas, llegó al lugar y exigió explicaciones a los obreros. Argumentó que no contaban con permiso de la Junta Municipal para llevar a cabo intervenciones de ese tipo en el sector.
Carballo expresó que no está de acuerdo con los trabajos que pretenden realizar en el lugar por las consecuencias que tuvo una intervención similar hace más de veinte años, con la construcción del muro Meyer. Indicó que dicha obra ocasionó mortandad de peces en el río Salado y graves daños en el ecosistema de los humedales.
Señaló que la postura en contra fue presentada ante la comisión directiva de la Conalaypa, pero no fue escuchada porque supuestamente era de una minoría.
Indicó que por ese motivo realizaron una denuncia en la Fiscalía de Delitos Ambientales alegando que existen leyes que prohiben ese tipo de intervenciones y que las legislaciones están por encima de la Conalaypa.
El concejal expresó que la bajante del lago es un fenómeno cíclico que sucede cada cinco o diez años, pero que con unas cuantas lluvias, el caudal vuelve a su estado normal y no requiere intervención humana. Expresó que el verdadero problema es la contaminación, para lo cual la única solución es la construcción de alcantarillado sanitario en las 21 localidades que componen la cuenca.
Agregó que la barrera de geobolsas solo incrementará la contaminación.
Aprobado por el Mades
El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) aprobó el estudio y plan de gestión ambiental el 11 de junio último para los trabajos. La barrera tendrá 160 metros de largo y no podrá exceder 60 centímetros de altura.
Los muros se harán con bolsas arpilleras rellenadas con sedimentos y arena de las zonas adyacentes, principalmente de los puntos donde hubo mayor retroceso del agua.